Ahora María ha muerto

Ahora María ha muerto





Autor
Erick Guerra Laina














Babahoyo – Ecuador




Agradecimiento
Gracias a las personas que hicieron posible este libro a mis padres y en especial a mi institución que nos ha permitido crear este libro.























Dedicatoria
Este trabajo está dedicado a esas personas quetodavía creen en el amor a primera vista las cuales ves a la persona que te gusta y sientes esas mariposas en tu estomago
























Ahora María ha muerto. La que me acompañara, sombra de mi esperanza a través del siglo, María, que fura mi hermana en eso que ellos llaman Adonaí y en la loca certeza de Amirab, su mensajero, reposa, mas no del otro lado del rio, en la tierra bendita de Bethhaim. Nadie sabe. Las puertas de la vida ni las de la muerte no se han abierto para ella ni para nadie. Las del olvido esas sí. Mi resto exiguo de tiempo es cuando habrá de pervivir aun su memoria. Nada dura para siempre. Ningún lugar queda maldecido. Es húmedo el aire, el hediondo aliento de los canales. Solo el me acompañara. Hasta la muerte y el fin.
Llueve sobre la ciudad. De nuevo. Y, ahora,María ha muerto. Me asomo la ventana, que da a un callejón lóbrego. Llega a mí la bullanga de los niños, más allá de la esquina no los veo, tras de la cual el muelle. Y, de él, me viene el olor espeso del pescado que alguien fríe. ¡Anochece tan temprano en esta tierra…! Certeza también de no hay otro modo…
Me levanto de la silla con dificultad. Me siento débil. Doy unos pasos a través de estecuarto en el que escribo, único que el fuego logra caldear. desordenado. Anónimo también, pese a haber sido el mío. Libros sobres la mesa. Se superponen. Un poco como barajados por el azar y el viento. No los abriré. Van a sobrevivirme. La certeza me irrita.
No es nueva esta sensación de cáscara vacía, esta garra que estruja el corazón y hace latir las sienes: va a estallar el cerebro, pobre gelatinadesparramada, inútil. No es nueva. La conozco. Esta vez es para siempre, sin embargo.
Noche, suprimir la eternidad el dolor. Dando tumbos, vacilante, vago por el espacio en penumbra. Ojos cerrados. Choco con la mesa, Inesperada. Me aferro a ella sin abrir los párpados apretados. Náufrago que rechaza el mundo, asido a su último madero. Debo escribir. No quiero. Es necesario. Lloro. Párpadosapretados. Grito quizás. Tal vez lo sueño.
Algo en mi cuerpo no yo se rebela, con momentánea furia. Algo me grita ¿Por qué? ¿En este pantano irrespirable y sucio? ¿Por qué tan lejos de la pereza del lejano sur? Deseo, ahora, gritar silencio. Cada punzada en mis dedos crispados, cada largo resuello en mis pulmones, que se ahogan en el hedor del Amstel, oleaginoso y negro desde mi ventana, grita por el solque no veré. Voces, aun de chiquillos. Sin embargo, es tarde. Voz de la madre que llama. La lengua es siempre la misma solo ella y la madre nada más y nunca.
Se están apagando las brasas en la chimenea apenas una grieta rojiza res quebraja muy débil la gris corteza de ceniza como una granada en sazón me dijo sin pensarlo y viene ráfaga de brisa templada a mi memoria el delantal ahuecado sobre elregazo de mi madre granadas agrietadas y brillante de mi infante sueños vanos Naufragios confortables tengo frio.
Desnudas las paredes las come una gangrena de desconchones poroso y esponjadas Verdi negros quedara todo aquí en este silencio corroído por el moho. También el llanto silencioso de una mujer loca en el amanecer de cierto final de junio que se pudre en mi cabeza atronado por el piar delos gorriones.

Veníamos desde muy lejos no solo en el espacio de los mapas, ese que los hombres marcan y buscan acotar con fronteras irrisorias de un territorio de un territorio interior inaccesible lo es ahora cuando llueve con furia sobre la ciudad y me es el repiqueteo rítmico de las sólidas gotas una compañía vete a saber por qué, consoladora. Apenas hablamos de ello en aquel tiempo. No...