Al Estilo Mathey

Al Estilo Mathey
• El orgullo de la familia

Gustavo Cadena Mathey
-Hijo, pásame por favor, el azúcar.
-Alcánzame, la ensalada; ¿hiciste lo que te encargué?
-Espero que hagas lo que te dije.El muchacho ya no se aguantaba tanta insistencia con él y se rebelaba:
-¡Todo yo!, ¡todo lo tengo que hacer yo!, por qué no se lo piden a éste, señalaba a Ernesto, su hermano mayor.
La afligida madrese angustiaba:
-Hijo, por favor, respeta las visitas.
-¡Es que siempre me están diciendo lo que tengo que hacer!, reprochaba.
Don Agustín lo miraba con severidad.
“Las visitas”, dos periodistasque gozaban de la amistad del gobernador de Veracruz, esa tarde habían sido invitados, de los muy contados que don Agustín invitaba a su mesa en la discreta Casa de Gobierno, en el fraccionamiento LasAnimas de la capital del estado, no hacían más que sonreír nerviosamente ante la escena familiar.
Esa casita reflejó, refleja porque a la fecha ahí sigue, en la calle Jacarandas, como dijo FelipeAmadeo Flores Espinosa en extraordinario discurso el año pasado en el primer aniversario del fallecimiento del exgobernador de Paso de Ovejas, que don Agustín “fue un ejemplo vivo de la austeridadrepublicana, de la que se ejerce en el poder y no la que se justifica sólo en el discurso.
“De su escrito de puño y letra definió su estilo personal de gobernar: “Si la palabra empuja el ejemploarrastra. Si un gobernador se construye un palacio, sus colaboradores se edifican mansiones. Por eso me excedí, tal vez, en la austeridad. Quería que la voz de mi conducta
fuera la guía del orden de miadministración. Cada centavo del Estado debería ser para el Estado y no para lujos personales o dispendios del gobierno”.
Esa tarde Doña Esperanza se apenaba por su hijo Agustín. Le preocupaban susreacciones en abierto y en público y más que nada, porque sus ocupaciones como Primera Dama del Estado no le daban todo el tiempo para estar con sus hijos.
El tiempo pasaría; con el tiempo siendo...