Alesana - a place where the sun is silent

ACTO I: LA PUERTA
CAPÍTULO I: ¿PUEDES OÍRLOS LLORAR?

Árboles. Demasiados árboles. Debo encontrarme en un bosque. ¿Cómo es que me adentré en el bosque? ¿Cuánto tiempo he estado aquí? ¿Horas? ¿Días? Estoy tan cansado, necesito agua, pero no me puedo detener. ¿Por qué estoy tan cansado? ¡Oh, estoy corriendo! Es por eso que me duelen los pies, que mi cabeza me está latiendo con fuerza, que mismúsculos están palpitando. Bien, grandioso, estoy corriendo, problema resuelto, crisis evitada. Pero esperen, ¿Por qué estoy corriendo? Debería mirar detrás de mí. No, ¡no debo! Debería simplemente seguir moviéndome, confiar en mis instintos, y seguir avanzando. ¿Puedes oírlos llorar? ¿Son esos los chillidos de los árboles? Nunca había tenido que escuchar tal dolor. Puedo escucharlo ahí, y sea lo quesea, está llegando hasta mí. Si tan sólo pudiera llegar hasta esa ciudad. La Ciudad Dorada. La respuesta a mis plegarias, la solución a mis problemas, la absolución a mis malas acciones me pertenecerá.

El Sol se está poniendo. Lo que una vez pareció una oscuridad tolerable se está convirtiendo poco a poco en una negrura imposible. Si tan sólo pudiera dejar de mover mis pies por sólo uninstante, sentarme y organizar mis ideas. Tal vez esta cosa, lo que sea que me esté persiguiendo, necesite también un descanso. Quizás ambos nos beneficiaríamos de una cortesía implícita. Sólo cinco minutos, bestia vil, ¿Es eso mucho pedir? Mis pensamientos me están ralentizando, puedo sentir la presencia del mal acercándose cada vez más con cada parpadeo, con cada paso, con cada bocanada de aire.Cada rama que se rompe debajo de mis pies, cada piedra con la que me tropiezo le está haciendo más fácil a la voz atraparme. Siento como si pudiera llegar, extender su mórbida garra y arrastrarme debajo de la tierra. El Sol se está ocultando y estoy perdiendo las esperanzas. No me puedo quedar solo con esta - esta cosa. Tal vez pueda esconderme entre los árboles, ya que correr se vuelve cada vezmenos y menos un privilegio, y más un castigo. Los pasos se ensordecen. Mantener mis ojos bloqueados en línea recta ya no parece ser una opción, o siquiera la elección correcta para esta situación. Lo tenebroso, desconocido, está ganando preciadas pulgadas con cada segundo que pasa y el pánico está comenzando a incrementarse. ¿Cuánto tiempo más podrá mi cuerpo manejar el ritmo de esta persecución, laexigencia de este Baile Prohibido? Sólo unos cuantos pasos más y juro que ya no invadirá más mis ojos. Un par de respiraciones profundas más y mis piernas ya no se doblarán más ante el cansancio. Un salto final hacia adelante y la Ciudad Dorada es mía.


CAPÍTULO II: ESTE AMOR CIEGO ME HA ESTRANGULADO DE NUEVO

Debí haber estado contento con el lugar al que iba en vez de estar obsesionado conel lugar en el que había estado. Todo en mi mente me decía que me olvidara del sonido de las risas y la maldad detrás de mí pero, finalmente saliendo del bosque, no pude resistir la urgencia de ver qué era lo que me estaba persiguiendo. Mientras comenzaba a estirar mi cuello para echar un vistazo a lo que estaba a mis talones, mi cuerpo de repente fue invadido por una parálisis inconsciente. A lolejos, a mi derecha, estaba una mujer, una criatura magnífica, no pude distinguir su rostro, pero su sola presencia era suficiente para hacer que el tiempo se detuviera. Mis piernas dejaron de moverse por primera vez en sólo Dios sabe cuánto tiempo, pero mi mente estaba demasiado absorta para experimentar el alivio, o para seguir temiendo la persecución.

Su largo y suelto vestido se veía comosi hubiera sido radiante en algún momento, pero, a los últimos rayos del ocaso, y sobre el lienzo de un bosque decadente, parecía extrañamente macabro. Los lados de su vestimenta estaban rasgados y revelaban unas caderas que detendrían a cualquier hombre en seco. No fui la excepción. Sus zapatos en algún momento habían tenido tallos encantadores que estoy seguro únicamente acentuaban sus...