Algo muy mio
Se abanicó una vez más con las hojas que tenía en la mano y la profesora siguió explicando.Vamos, diez minutos más. ¿Por qué no se callaba? Ya era casi la hora de irse de ese infierno. Miró el reloj desesperada y se mordió el labio, estaba ansiosa por llegar a casa. Era viernes y estuvieronmás pesados que nunca.
Desvió la vista de la mano de la señora Moreno hacia la calle, la gente que pasaba y el vacío. Afuera todo estaba oscuro, como si quisiera llover y su corazón se aceleró antela idea de que lo haría, aunque otra vez sus esperanzas se esfumaron al ver que todo se volvía color plata.
Joder- murmuró por lo bajo.
Su mano se movió de nuevo, dándole un poco de aire,aunque caliente, y miró al reloj. Faltaban unos ocho minutos.
El margen de la hoja de su cuaderno llevaba algo escrito y no justamente con su letra.
Levantó la cabeza hacia su compañero de banco yDaniel le sonrió. Elevó las cejas como diciendo “¿En serio?” y él meneó la cabeza y se volvió a la profesora.
“Si no recuerdas la más ligera locura en la que el amor te ha hecho caer, no te hasenamorado.” Se escribía en una letra gruesa y rápida.
Ella lo miró, de nuevo, hasta hacer que se girara y le sonriera otra vez.
¿Para qué es esto? – preguntó en un susurro casi inaudible.
Literatura.-murmuró y se giró a la pizarra.
La maldita campana no sonó hasta las dos y cuarto, quince minutos tarde.
¿Qué harás en la tarde? – se acomodó el bolso en el hombro.
Pues… -titubeó y fruncióla boca- ir a ver a mamá. ¿Tú?
Nada… ¿puedo ir contigo?- se encogió de hombros.
Si quieres. - sonrió.
La universidad quedaba lo suficientemente lejos como para llegar tarde a todos lados, y esedía no fue la excepción.
Buenas, mamá. – la saludó con un abrazo y un beso en la mejilla.
Hola cariño. – correspondió al abrazo gustosa. Su hija era su adoración.
Daniel ha venido conmigo....
Regístrate para leer el documento completo.