analisis de las secuencias de operaciones
La tesis tomasiana fue seguida por un buen número de teólogos y juristas durante los siglos siguientes, ypronto dejó notar su influencia en la tipificación de las tres razones comúnmente invocadas en los códigos penales modernos para justificar la pena capital: exigencia del bien común, instrumentodisuasorio y medio de compensación del mal perpetrado. De esta forma, durante los siglos XVI y XVII la pena capital se practicó cada vez con más frecuencia y menos reparos por razones de Estado. Asimismo, ycon mayor asiduidad a partir de esos siglos, debido a la aparición de nuevas disidencias, se generalizaron las condenas a la hoguera por motivos religiosos. Se ha calculado que el número de quemados enAlemania por el delito de brujería desde el siglo XVI al XVIII podría rondar los 30.000.
No obstante, fueron Francia e Inglaterra las naciones que más se distinguieron en esta época por la severidadde sus códigos jurídicos.
Pronto comenzó a manifestarse en la ciencia penal el enfrentamiento entre dos corrientes de opinión opuestas: la de aquellos que defendían el mantenimiento de la pena demuerte y la de los partidarios del abolicionismo. Esta segunda postura tomó gran impulso con los filósofos de la Ilustración. De hecho, durante el siglo XVIII se limitaron notablemente los delitoscastigados con la pena capital, y en el ámbito de la ciencia jurídica encontraron acomodo las nuevas ideas humanitarias y las teorías de tipo contractualista, que denunciaban la existencia de unacontradicción lógica en el hecho de que el hombre, al ceder partes de su libertad en aras del bien público, concediera también el derecho a privarlo de la vida. Las ideas de Montesquieu, Voltaire y juristas...
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