anarquia

Introducción.

Hablar de una crisis de valores morales en el mundo de hoy, en el fondo, es hablar de una crisis de la democracia.
Tal como lo plantea Rey (2000), la insatisfacción es creciente y universal, mientras asistimos a la comprobación inequívoca de que ni siquiera la desaparición progresiva de las dictaduras ha conducido a un mejoramiento cualitativo de las democracias. De estamanera, además de económica, la crisis es social y política. En este escenario, el camino abierto hacia una deshumanización creciente, no es menos que preocupante. A escala internacional aumenta el abismo de las desigualdades económicas, de recursos y de oportunidades, consumándose así una gran paradoja: el neoliberalismo ha conducido irreversiblemente a la negación de las libertades, de las personas yde los pueblos.
Rey (2000) argumenta que en los países de vieja tradición democrática, el sistema presenta graves síntomas de agotamiento, el mejor de los cuales no es ciertamente el crecimiento acelerado del desinterés por la política, sino el repliegue compulsivo en la vida privada. En los otros países (como el nuestro) y en las actuales condiciones del mundo, el modelo de democracia occidentalluce poco menos que inviable, “por no decir impensable”.
Por su parte, Salamanca (citado por Méndez, 1999) habla de cuatro factores o dimensiones de legitimación de la democracia: Calidad del origen del liderazgo, calidad de los resultados o productos del sistema, calidad de los procedimientos institucionales o eficacia procedimental y apego simbólico a los valores fundamentales del sistema, y,a su vez, advierte que una prolongada crisis en ellos “probablemente lleve al colapso del sistema político”.
En este contexto se sitúa el presente trabajo. La intención es aproximarnos a algunos planteamientos relacionados con la necesidad de que las naciones latinoamericanas comprendan los retos impuestos por las desfiguraciones del neoliberalismo y sus derivados
(Libre mercado yglobalización), partiendo de una imperativa concepción ética de la vida en democracia.


Ciudadanía y democracia: un breve recorrido.

La participación ciudadana sólo puede ser entendida bajo la óptica que ofrece un análisis de la democracia, tomando en cuenta que ésta debe garantizar no solamente los derechos políticos, económicos y sociales, sino, además, contemplar el rescate del espacio público. Unacondición severamente minada hoy por la injerencia de intereses del mercado mundial, que responden al proceso de globalización.
Al revisar las diversas concepciones acerca de la democracia, se hace obligada la opinión de autores como Jürgen Habermas (1999), quien refiere que los regímenes democráticos actuales han abandonado la sustancia de la teoría clásica de la democracia para dar paso a loscompromisos que se dan entre las élites dominantes; situación que se hace evidente en países como Venezuela, donde los medios responden a intereses de estas elites, imponiendo un poder mediático lejano a la imparcialidad y a la apertura que debe sustentar un espacio público que busque legitimar una democracia participativa.
Norberto Bobbio (1997) caracteriza la democracia desde una perspectivaliberal, definiéndola como un conjunto de reglas que establece quién está autorizado para tomar decisiones y mediante qué procedimientos, según la constitución y las leyes, pues un régimen es más democrático en tanto más personas tomen decisiones que afecten al colectivo directa o indirectamente.
Para Bobbio, el votante debe recibir información suficiente para tener una visión lo más real posible sobrelas consecuencias de su elección; y sostiene que la democracia perfecta, hasta ahora utópica, debe ser una combinación de la democracia formal (dada por un gobierno “del pueblo”) y la sustancial (basada en un gobierno “para el pueblo”).
El poder del pueblo significa la capacidad, para la mayor cantidad posible de personas, de vivir libremente; de construir su vida individual asociando lo que...