Anatomía Del Mexicano

ANATOMÍA DEL MEXICANO
Roger Bartra.


La presencia imaginaria de una susodicha identidad nacional ejerció una gran influencia en la configuración del poder político. No es otra cosa que la anatomía de un ser nacional, cuya identidad se esfumaba cada vez que se le intenta definir.
El texto nos menciona un sin fin de factores que influyen en lo que se puede decir es la anatomía de lomexicano. Empezamos como una cultura con bases, que podrían considerarse, meramente indígenas; la esencia cultural única de lo mexicano, pero nos encontramos con que es esta base la que sufre con los modelos racistas y excluyentes que colocan al mestizo como en centro de la identidad mexicana, una idea bastante difundida por los libros de texto. Aquí surge una contradicción dentro de la génesis denuestra cultura, por un lado somos mestizos que reniegan de sus características indígenas y por el otro somos una cultura que presume que su riqueza histórica y espiritual llena de características únicas e icónicas que hoy nos sirven -por ejemplo- como fuente inagotable para atraer turismo.
La contradicción estriba en la idea de que dichas características deben ser devoradas por la modernidad pero–paradójicamente- mantenerse como lo que nos hace distintos ante los otros, lo que se debe recatar, mantener, explorar e incluso exportar a las metrópolis. La mexicanidad… vende.
Y luego está el sistema político mexicano que se construye como una raíz increíblemente fuerte que aporta un sinfín de características a la identidad mexicana, hoy en día los estereotipos de lo mexicano van siempre ligadosa los estereotipos del político mexicano. El autor pretende explicar el misterio de cómo el sistema político mexicano pudo incrustarse en diversos ámbitos de la cultura; en una compleja trama de fenómenos simbólicos que permitieron la impresionante legitimidad y amplia estabilidad del sistema autoritario a lo largo de siete décadas. Un tejido de redes imaginarias que se fueron formando enMéxico después de la revolución. El gobierno de la “revolución institucionalizada” sustentaba su legitimidad en una extraña gestación populista de formas no capitalistas creando así algo como “un poder despótico moderno”, no era fascista, ni represivo, pero tampoco democrático, era más bien una estructura mediadora que logra proteger el proceso económico.
Esta estructura mediadora, en el campo dela cultura cristalizo en la formación de la red de imágenes simbólicas que definieron la identidad nacional y el “carácter de lo mexicano”, donde ahora ya no solo hallamos al campesino lleno de ilusiones, sino diversos actores que escenifican una guerra en parte imaginaria. Entre ellos los “marginales”, aquellos que viven aplastados bajo el peso de la miseria y la represión; como los indiosagachados, los pelados, los mestizos relajientos y los machos sentimentales. Todo este simbolismo fue patentado por el cine nacional.
Durante el 2000 se da la caída de este autoritarismo al perder el PRI las elecciones, las preguntas que se plantean a partir de entonces tienen que ver más con el cómo una cultura -como la nuestra- se adaptaría a una nueva clase política. Los cánones tradicionalesde nacionalismo revolucionario en los discursos de los representantes populares se ven alterados. Ahora se habla más directamente de los derechos empresariales. Este cambio en el sistema político mexicano nos habla de desechar la anatomía de lo mexicano y con esta los estereotipos clásicos. Intentemos imaginar si un nuevo y democrático sistema político mexicano podría funcionar y permanecer sinque su legitimidad se derive de la invención de redes mediadoras que lo liguen con la sociedad de su entorno, salvo por el funcionamiento de sus propios mecanismos electorales, y cimentar su cohesión sin acudir a estructuras simbólicas y normativas externas. Se trataría de un sistema legitimado por sí mismo, autónomo y basado en la racionalidad y la formalidad de la administración, en su...