APRENDIZAJE AUTONOMO
publicación en 1849 del Discurso sobre el espíritu positivo, de Auguste Comte, se inició
en las ciencias sociales un paradigma denominado “positivista”. Cabe señalar que, en
términos sencillos, un “paradigma” es una manera de concebir al mundo; un conjunto de creencias y premisas respecto a la naturaleza de éste (Greene, 2007).
Esta visión proclama, entre otras cuestiones, que la realidad es una sola y es necesario descubrirla y conocerla. Asimismo, el sentido de la percepción resulta la única
base admisible del conocimiento humano y del pensamiento preciso. Las ideas
esenciales del positivismo provienen de las denominadas ciencias “exactas”, como la
Física, la Química y la Biología; por tal motivo, los positivistas se fundamentaron en
científicos como Galileo Galilei (1564‐1642), Isaac Newton (1642‐1727), 1 Nicolás
Copérnico (1473‐1543), Thomas Robert Malthus (1766‐1834) y Charles Darwin (1809‐
1882). 2 Así, “el mundo social puede estudiarse de manera similar al mundo natural” (tal
como se investigan los átomos, las moléculas, los planetas y los invertebrados; se
pueden analizar los patrones de conducta de los trabajadores, las razones de las
enfermedades mentales, los efectos de un método educativo sobre el aprendizaje o las
migraciones humanas) y existe un método exclusivo para indagar ese mundo social, que es libre de los valores del investigador. Por ello, para el positivismo, la objetividad es
muy importante, el investigador observa, mide y manipula variables; además de que se desprende de sus propias tendencias (la relación entre éste y el fenómeno de estudio es
de independencia). Lo que no puede medirse u observarse con exactitud se descarta ...
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