Arbitrariedad En El Diseño De Identificadores Institucionales

Y ARBITRARIEDAD
EN EL DISEÑO DE IDENTIFICADORES
INSTITUCIONALES
NORBERTO CHAVES
COLABORACIÓN GRÁFICA DE DANIEL ZAMPA

El diseño de ¡dentificadores gráficos institucionales se ve precisado,
especialmente en los casos de gran complejidad y con demandas de alto
rendimiento, a sustituir la vía tradicional de la exploración gráfica errática, basada en una suerte de asociación icónica libre,por una vía más
controlada consistente en la tipificación de las estrategias gráficas, el
descarte de los tipos improcedentes y la concentración de la exploración gráfica dentro de los tipos previamente señalados como pertinentes al problema del caso.
Esta segunda vía exige esgrimir, frente al universo de alternativas
gráficas, cierta capacidad clasificadora apoyada en el manejo de parámetros omatrices teóricas eficaces.
Varios son los planos en que pueden producirse clasificaciones pertinentes de cara a ordenar y acelerar el proceso decisional, y uno de ellos
es el plano de la motivación o, mejor dicho, de la polaridad motivaciónarbitrariedad.
El presente texto surge de una decantación teórica de la experiencia
de programación del diseño de signos identificadores y propone unejercicio clasificatorio, ilustrativo de un tipo de inserción productiva de
la tarea teórica en los procesos de diseño concretos.

MOTIVACIÓN, PRODUCCIÓN ARTIFICIAL DE SIGNOS Y DISEÑO
Tomar partido acerca del carácter motivado o arbitrario del signo
lingüístico, es decir, acerca de la relación causal o no causal entre significado y significante, ha sido uno de los dilemas más tenaces de la teoríadel lenguaje contemporánea.
La relación de significación seria motivada en el caso en que existiera un anclaje —por ejemplo, una analogía acústica— entre el significante y el referente; en el caso de no existir tal anclaje, la relación de significación sería arbitraría.
REFERENTE

SIGNO

Relación (motivada)
de significación

Anclaje
Las onomatopeyas aparecen como una prueba de laexistencia de tal
anclaje, al menos en el origen de los lenguajes naturales. El lenguaje
—o, mejor dicho, la substancia de la expresión verbal— es de naturaleza acústica y, por lo tanto, resulta verosímil que, al construir sus primeros signos, apelara a una transcripción sonora del mundo y, por ejemplo, para denominar a los pájaros, escogiera no su forma sino su canto.
Las onomatopeyasconstituirían, así, una suerte de «signos primitivos»,
supervivencias de un paleolenguaje fuertemente mimético respecto de
los fenómenos sonoros del mundo aludido.

Temes de Disseny, 1990/4. pp. 115-119

No obstante lo anterior, la hipótesis de un origen onomatopéyico
del lenguaje natural parece tan difícil de demostrar como dudoso el
interés teórico de una búsqueda de este tipo, al menos desde el puntode vista semiológico. Idénticas reservas recaen sobre la postulación de
cualquiera de los dos conceptos polares —motivación o arbitrariedad—
como presuntos mecanismos universales de constitución del signo.
Resulta interesante, en cambio, la consideración del problema de la
motivación en el caso de la producción de signos artificiales, en la cual
sus procesos y operaciones concretas están ala vista, pueden ser reconstruidos y directamente analizados.
En la producción de un nuevo signo —cualquiera que fuera su especie— el productor debe, inevitablemente, plantearse el problema de la
interpretabilidad. Más aún: la interpretabilidad es el condicionante esencial de todo proceso de configuración de un nuevo signo, el parámetro
que decide, en última instancia, la validez de lasopciones en la forma
del significante.
Para dar solución a este problema, el productor cuenta con dos mecanismos básicos: la motivación y la convencionalización. Es decir: o
bien el signo nace como autoexplícito gracias a sus anclajes con el contexto al que pretende remitir, o bien tal referencia se producirá a posteriori como resultado de una explicación y un aprendizaje, de una difusión y una...