Arenas de Miriam Gonzalez
Páginas: 2 (358 palabras)
Publicado: 8 de septiembre de 2015
Arenas
De: Miriam González-Hernández
Asomó la aguda cabeza por la estrecha puerta de la iglesia y se deslizó zigzagueante entre las nauseabundas arenas que estaban listas para el combate. Sus ojosbronceados reflejaban sus astrosos sentimientos. Se fue deslizando lentamente hasta que el color olivo de su largo cuerpo se hizo patente. Localizó en el púlpito a Cascabel que ya lo esperaba con sumirada penetrante cargada de odio.
Entonces, las arenas tomaron bando. Cobra se revolcó entre sus asqueantes aliadas esputando su veneno a los ojos de las callosas arenas. Algunas arenas ardían comoel Seol; otras maliolientes se alimentaban de su propio excremento; un grupo frío como el desierto en las noches de verano reía morbosamente; mientras, la arena movediza se estremecía de placer con tansolo imaginar el espectáculo que vería.
Mas allí había otras arenas, éstas sólo deprecaban. Nada ni nadie podía mancillarlas.
Según Cobra se abría paso entre la muchedumbre hambrienta de sangre,Cascabel movía su cabeza escamosa sin perder de vista a su contrincante. Su bando la aclamaba, la endiosaba; y Cascabel aumentaba su furia tragando de su propio veneno. Jadeante dejaba salir una babaazulosa que corría por su boca entreabierta.
Ya estaban de frente, ya era inminente el embate huracanado. Entonces, llegó ella, vestida de rojo, más apetecible que nunca. Era verdaderamente seductora.Valía la pena morir por ella.
Su traje ceñido despertaba la pasión, el deseo desenfrenado. Se transparentaba, su anatomía, la firmeza de su busto, su pelvis levantada, sus caderas protuberantes, suslabios carnosos… De pronto, ella sonrió y una mueca espantosa se dibujó en su perfecto rostro.
En ese mismo instante Él llegó y se colocó a la derecha del púlpito. Su mirada era suave; su rostro notenía expresión alguna. No impidió el combate como esperaban las arenas.
Aprovechando el momento de confusión, Cobra atacó. Se revolcaron entre las cizañosas arenas; la sangre salpicaba todo el templo....
De: Miriam González-Hernández
Asomó la aguda cabeza por la estrecha puerta de la iglesia y se deslizó zigzagueante entre las nauseabundas arenas que estaban listas para el combate. Sus ojosbronceados reflejaban sus astrosos sentimientos. Se fue deslizando lentamente hasta que el color olivo de su largo cuerpo se hizo patente. Localizó en el púlpito a Cascabel que ya lo esperaba con sumirada penetrante cargada de odio.
Entonces, las arenas tomaron bando. Cobra se revolcó entre sus asqueantes aliadas esputando su veneno a los ojos de las callosas arenas. Algunas arenas ardían comoel Seol; otras maliolientes se alimentaban de su propio excremento; un grupo frío como el desierto en las noches de verano reía morbosamente; mientras, la arena movediza se estremecía de placer con tansolo imaginar el espectáculo que vería.
Mas allí había otras arenas, éstas sólo deprecaban. Nada ni nadie podía mancillarlas.
Según Cobra se abría paso entre la muchedumbre hambrienta de sangre,Cascabel movía su cabeza escamosa sin perder de vista a su contrincante. Su bando la aclamaba, la endiosaba; y Cascabel aumentaba su furia tragando de su propio veneno. Jadeante dejaba salir una babaazulosa que corría por su boca entreabierta.
Ya estaban de frente, ya era inminente el embate huracanado. Entonces, llegó ella, vestida de rojo, más apetecible que nunca. Era verdaderamente seductora.Valía la pena morir por ella.
Su traje ceñido despertaba la pasión, el deseo desenfrenado. Se transparentaba, su anatomía, la firmeza de su busto, su pelvis levantada, sus caderas protuberantes, suslabios carnosos… De pronto, ella sonrió y una mueca espantosa se dibujó en su perfecto rostro.
En ese mismo instante Él llegó y se colocó a la derecha del púlpito. Su mirada era suave; su rostro notenía expresión alguna. No impidió el combate como esperaban las arenas.
Aprovechando el momento de confusión, Cobra atacó. Se revolcaron entre las cizañosas arenas; la sangre salpicaba todo el templo....
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