arostegui
Este libro representa un intento de hacer llegar a los estudiantes de his
toria, fundamentalmente, y en especial a los de nuestros nuevos, y más
que problemáticos, planes de estudio, un texto que pueda aportarles
ideas básicas sobre la formación suficiente y deseable que comportaría
su futura dedicación profesional. Pero un libro de este tipo, estoy en condiciones de asegurarlo, puede ser cualquier cosa menos fácil de ela
borar. Lo que aquí hay, pues, es el resultado de una laboriosa, y a ve
ces dolorosa también, transacción entre la aspiración a construir un en
sayo de «tesis» para colegas y otros estudiosos y la necesidad que te
nemos, a pesar de las interesantes publicaciones aparecidas recientemente, de libros básicos de trabajo en nuestras universidades. Ello no
excluye, en modo alguno, sino más bien presupone, la posibilidad y
nuestro deseo de que el libro interese en todo caso a esos colegas y es
tudiosos.
El texto presente cumpliría plenamente su objetivo si fuera capaz de ser
asimilado por lectores del tipo de nuestros estudiantes de los últimos cursos de la licenciatura y del doctorado, al tiempo que pudiera ser valo
rado en sus propuestas más personalizadas por aquellos profesionales
y colegas de quienes, sin duda, va a recibir un juicio más aquilatado y
seguramente, más severo. En todo caso, y por ahora, yo preferiría que
cumpliera el primero de esos cometidos señalados, aunque sé que para cumplirlo ha de satisfacer también el otro. Un libro de este género no
puede ser plenamente útil a los estudiantes si no es aceptado primera
mente por los profesores.
Soy enteramente consciente, claro está, de que la formación básica y
seria de un historiador, sobre todo en los confusos tiempos intelectuales
que corren, necesita bastante más que un libro para ser aceptable. Sé
bien que una disciplina constituida no puede encerrarse en unos pocos centenares de páginas en las que se pretenda dilucidar de un plumazo
nada menos que la teoría y el método de una actividad intelectual vieja
de siglos como es la de historiar. Sin embargo, la teoría y el método de
tal disciplina distan mucho de estar sobrados de tratados básicos situa
dos prudentemente entre la vulgaridad del artesano vulgaridad de la que acusaba Ortega a los historiadores y la disquisición más o menos
abstrusa del «filósofo» de la historia. Si este libro
pretende asumir algo es que la teoría y el método de la historiografía
han de ser elucidados por los historiadores mismos.
Pretendiendo hacer un texto lo más comprehensivo posible y lo más sin
tético, se ha articulado éste en tres secciones claramente diferenciadas. Una introductoria La naturaleza de la disciplina historiográfica, una se
gunda dedicada a la teoría historiográfica La construcción del conoci
miento historiográfico y por fin, una tercera dedicada al método y las
técnicas que el historiador puede emplear El método de la historiogra
fía. Se ha procurado que dichas partes tengan un desarrollo equilibra
do.He compartido las numerosas dudas que han acompañado a este traba
jo desde que comenzó su elaboración con muchos amigos, incluidos en
tre ellos mis alumnos, y colegas que han leído y «sufrido» varias versio
nes de estas páginas correspondiendo generosamente a mi petición de
que intentaran ver en ellas más debilidades, para corregirlas, que las
que yo mismo pudiese ver. A todos quiero expresar un reconocimiento
que, en cualquier caso, es poca correspondencia con esa generosidad.
Agradezco, pues, a mis alumnos de licenciatura y doctorado en la Uni
versidad Complutense haber soportado textos «de prueba», haberlos le
ído pacientemente y haberme dado sus impresiones y señalado muchas
dificultades de comprensión. De todo ello se ha desprendido una impre...
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