Asesino

Asesino
Por: Saravia

-¿Quién lo arrojó a las vías?
-No sé.
–Yo solamente lo vi caer.
-Pero eso no es cierto. Él no se cayó solo.
-¿Entonces?
-Ya le dije. Se cayó solo.
-No es cierto. Yo sí vi lo que pasó.
-¿Qué?
-Qué el otro lo empujaba. Él lo amenazó. Cuando llegaron al andén estaban peleando.
-¿De qué discutían, me pude decir?
-No escuché muy bien, lo siento.
-Yo sí escuché.
-¿Cómo?-Yo venía detrás de ellos.
-¿Cómo que detrás de ellos?
-Sí. Veníamos de Blasco Ibáñez y yo compré unos alfajores. A mí madre le gustan y como tengo que ir a verla al hospital, le quise llevar algunos, así que ahí, en la panadería Las Flores, compré una docena. Para el té, y para que convidara a sus visitas. Mi mamá siempre fue muy amiguera, ¿sabe? Es una mujer encantadora. La tendría queconocer…
-Disculpe señor, pero…
-Ah. Sí, sí…, lo siento…, es que mi madre…., pero bueno, ya les conté; cuando salí de la panadería ya en la calle empecé a caminar detrás de ellos. Y el otro, el que lo arrojó, le decía algo de un dinero. Le decía que la casa la tenían que vender.
-¿Una casa?
-Sí. Una casa.
-¿Qué más escuchó?
-El otro le decía “hermano”. Eso le decía…”pero hermano, no podemos hacer eso”.-¿Quién decía eso?
-Él.
-¿Qué le respondía el otro?
-No sé, creo que le decía que lo pensara mejor. Que era su oportunidad y que después de todo no vivía aquí.
-¿Cómo que no vivía aquí?
-Sí. Eso le dijo.
-Pero eso no es todo.
-¿Quién es usted?
-Eso no importa.
-¿Cómo no importa?
-No. Porque yo lo que tengo que decir es corto. Yo escuché algo más.
-¿Pero cómo pudo?
-Ellos se fueron al bañoantes de venir para acá.
-¿A sí que en el baño?
-Sí, no es raro. Es un trayecto largo y uno necesita…, bueno, usted comprenderá.
-¿Cómo sabe que harían un trayecto largo?
-Ellos no. Yo.
-¿Cómo?
-Que yo no sé a dónde iban ellos. Yo entré al baño porque vivo en Plaza Irlanda. Eso es a una hora de aquí y no hay posibilidad de usar el baño si no es aquí. ¿Comprende?
-Sí. Sí. Pero usted dijo que ellosestaban en el baño.
-Sí, uno de ellos entró y orinó. El otro se arregló la camisa frente al espejo.
-¿Y cómo es que usted pudo ver todo eso? ¿No será que usted tiene algo que ver con esto?
-No. Él no tiene nada que ver. Yo a este no lo vi.
-Con calma señor, que “este” tiene nombre.
-Pero si no lo quiso dar.
-Eso no importa. Yo quiero dar información y usted no me puede tratar así.
-Está bien,lo siento. Perdóneme oficial.
-Tranquilo. No se preocupe. Aquí todos estamos alterados, es normal. Siga por favor. Usted los vio ahí y ¿qué más pasó entre ellos?
-El otro, el que está ahí sentado contra la pared. Sí, ése. Le dijo: “Yo sé que no tienes dinero. Esa mujer te quitó todo. Es tu oportunidad de empezar de cero”.
-¿Qué mujer?
-No dijo.
-¿Está seguro?
-Sí. Yo estaba ahí y no había nadiemás. Eso le dijo, lo juro.
-Bueno, bueno…, no es necesario que jure. Hágame un favor… ¿me puede decir qué más recuerda?
-Sólo eso. Cuando él terminó de hablar, salió del baño. El otro se quedó mirando el suelo. Parecía que se desmayaría. Pero no. Me miró y sin decir nada, dio media vuelta y salió del baño. Y no lo volví a ver hasta…., bueno hasta hace unos momentos en que…
-¿Dónde estabausted?
-¿Yo?
-Sí. Porque si estuvieron al mismo tiempo en el baño y no vio nada hasta que pasó lo que pasó…, no entiendo, ¿dónde se metió?
-Salí del baño y fui a esa esquina, ahí al borde de la puerta. Ve a ese niño. Bueno, pues ahí me hice lustrar los zapatos. Es que a mi padre le gusta verme aseado. Aún vivo con él. Y francamente no me deja en paz.
-¿Qué edad tiene su padre?
-Va para los ochentapero debería verla, es como un jovencito. No para de hablar y de recordar cosas que hasta yo he olvidado.
-Bueno. Eso es normal.
-¿Qué?
-Que con la vejez algunas personas recuperan la memoria.
-Ah. Eso no lo sabía.
-Sí, sí.
-Bueno, basta por favor. Aquí estamos para otra cosa.
-Tiene razón. Perdón.
-Disculpen.
-¿Quién es usted?
-María.
-¿Y qué quiere, María?
-Decirles que yo trabajo...