ASPECTO POLITICO
México estaba envuelto en una profunda crisis general, pero en especial económica a causa de las diversas guerras que lo habían azotado; los caminos estaban plagados de bandidos, la delincuencia en las ciudades a la orden del día, el trabajo escaseaba y las inversiones extranjeras no arribaban a México ante la falta de garantías, tales como seguridad y de más servicios.
Porfirio Díaz figuró como un protagonista central de tales disputas, al levantarse en armas en dos ocasiones: una en 1871, en contra de la reelección
del presidente Juárez con el plan de la noria, movimiento que, a pocos meses, fue derrotado. Al morir Benito Juárez, en 1872, se registro una nueva
disputa por el poder, saliendo victorioso Sebastián Lerdo de Tejada. Al intentar éste reelegirse en 1876, Porfirio Díaz se levantó en armas, por
segunda ocasión, ahora con el plan de Tuxtepec, resultando vencedor.
En el 1876, a llevar a cabo el plan Tuxtepec, el general Díaz propuso como “Ley suprema” de la nación el principio de la no reelección del presidente y
gobernadores; además, aseguró que él en ningún momento aspiraba a permanecer en el mando y que, al obtener el triunfo, volvería “a la quietud del
hogar domestico”. Pero no lo cumplió. Al asumir por segunda ocasión la Presidencia de la república, en 1884, se reeligió de manera ininterrumpida,
hasta que una nueva revolución, la de 1910 lo obligó a renunciar y dejar el país.
La reelección del general Díaz lo hizo ser el hombre más importante de México por espacio de treinta años. En este tiempo sucedieron muchas cosas
sobresalientes en el país: se logró alcanzar la estabilidad política; se registró un extraordinario crecimiento económico, disminuyó considerablemente
la delincuencia y el bandolerismo casi desapareció como fenómeno social. Pero a la par de estos grandes cambios a favor de la patria, también hubo
grandes ...
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