Autocinocimiento como punto de partida

1. EL AUTOCONOCIMIENTO COMO PUNTO DE PARTIDA1 La sospecha. Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino. Observó la manera de caminar del muchaho - exactamente como un ladrón. Observó la expresión del joven - idéntica a la de un ladrón. Observó su forma de hablar - Igual a la de un ladrón. En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto. Pero más tarde,encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho, le parecían muy diferentes de las de un ladrón2.

En cierta ocasión, caminaba acompañado de un amigo, por la plaza central de una ciudad colonial; delante de nosotros iba una mujer caminando -como si estuviera estrenando zapatos- entonces me puse a burlarme de su manera decaminar. Mi amigo, me reprendió con estas palabras: “¿por qué se burla de ella, de su modo de caminar, por qué no se pone sus zapatos, para ver la forma como usted caminaría?” Ahora, años más tarde, me detengo a pensar, en ¿qué es lo que hace que la mayoría de nosotros, si no todos, nos pongamos en el plano de juzgar, de valorar, de evaluar... a los demás, no desde las circunstancias del otro, cuanto delas propias? ¿Por qué no puedo -o mejor- no quiero ponerme en el lugar de otro y desde esa perspectiva, no emitir un juicio, sino entenderlo, valorarlo, aceptarlo tal y como es? ¿Por qué no reconocer en el otro una persona como yo, otro yo, con circunstancias concretas, parecidas ó diferentes de las mías y, desde este reconocimiento abordar una construcción conjunta de un proyecto humano de vida,de un modo de pensar y obrar acordes con el ser, pensar y sentir del otro? Ardua tarea pero ineludible si se pretende imprimir a nuestra existencia y a la de los demás, direccionalidad, proyección y sentido. Así, nos ponemos en el plano de encasillar a los demás, desde nuestras propias circunstancias, la fábula citada al inicio de esta reflexión, nos lo ilustra con la sabiduría milenaria delpensamiento oriental. Vemos en los demás lo que queremos ver en ellos, encontramos en los otros lo que queremos encontrar; en pocas palabras como dice una canción moderna de Aterciopelados, “no miramos la esencia, sino las apariencias”, nos quedamos solamente visualizando los defectos más que las cualidades, de los demás; y desde ahí emitimos juicios, conceptos, valoraciones -en la mayoría de loscasos- a priori y temerarios, respecto del ser, actuar y pensar de los otros. No podemos ver la esencia, porque sencillamente, no nos hemos detenido un momento a buscar la nuestra propia, a cuestionar en lo profundo de nuestra intimidad, ¿quiénes realmente somos, de dónde venimos, qué hacemos aquí, para dónde vamos, que hay más allá de la vida, cuál es la razón de ser de nuestra existencia? ...
1Documento elaborado por Tomás Sánchez Amaya. Docente Departamento de Humanidades, Universidad Santo Tomás. Publicado en Exergía, Revista de la Facultad de Ingeniería Mecánica. Bogotá, 1999. Pp.23-36 2 Lie Zi. Fábulas Antiguas de China. Beijin: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1961. 3 p.

Preguntas que si bien son difíciles e irresolutas, imprimen -como ya dijedireccionalidad, proyección ysentido a nuestra cotidianidad. Es imperante, hoy más que nunca abordar una profunda autorreflexión, una seria introspección, una búsqueda “por dentro” -como reza otra canción-; porque en virtud de su propia naturaleza trascendente, el hombre no puede pasar por la vida como otro ente más del cosmos, sin dejar huella, sin escribir son sus propias manos la historia; si no una historia universal, sí unahistoria particular, llena de significados, de sentido, de búsqueda, de armonía..., para que todo en torno suyo, funcione de la mejor manera posible. Afortunadamente, en este proceso, el hombre tiene muchas herramientas. La reflexión a cerca de su ser, su pensar, su proyección y trascendencia. La pregunta por su actuar como camino hacia el desarrollo de sus potencialidades. El análisis de su...