Ayer

AYER
Lo recordaba como si fuese ayer, los momentos que solíamos pasar juntos en las tardes de verano, primavera y otoño. Él y yo juntos, fueron los momentos idóneos donde desencadenamos aventurasinimaginables e inigualables. Donde cada atardecer era diferente, como si cada rayo fulgurante de sol nos abrazara con diversa intensidad.
Recuerdo todo el revoloteo de falenas que sentí dentro demí cuando nos encontrábamos, me prestaba alas con las que despegada en un vuelo incesante con las que creí volar en un cielo profundo, tan vacío e infinito como el cosmos; soñaba como un mendigo encama de agua y cuando llegaba al climax era un huracán dentro de mí, ese volar que enerva a las moscas que carecen de alas; con los susurros del viento volé con un fervor indomable y lozanía delaire que chocaba vehementemente contra mis mejillas rosadas y el latir tan excelso de mi corazón una y otra vez.
Recuerdo haber tenido los pensamientos más abstractos junto a él, tan remotos en mipensamiento deseando que se cumplieran realidad, en que falacias se acurrucaba mi esperanza, mi inocencia a flor de piel y con poca razón de mi existencia.
Las tardes corriendo a veloces pasos,dejando algunos vestigios de risas, gritos, polvo y sobre el pasto los bichos más extraños que he visto. Me pregunte algunas veces, si esos momentos se acabarían y mis respuestas siempre fueronpositivas, como está anécdota.
La despedida era manchada con el ocaso tan bello y despreciable que no anhelaba que llegase, a lo lejos volteaba y miraba la soledad en que lo dejaba. La diversión no parabani siquiera en el retorno a casa y en mi pensamiento se impregnaba sin separase un momento después de mi partida. Aquel lugar donde estuvo me dio una vista impresionante y las mejores tardes de miinfancia, sentí tantas mariposas en mi barriga cuando comenzaba su sondeo, la adrenalina de nuestra rapidez y ahora no he vuelto a sentir lo mismo con ningún otro, el único, el columpio de mi...