bachiller
Jacques Hallak también nos recomienda incluir entre los aprendizajes básicos o
requisitos mínimos un conjunto de "valores y actitudes comunes". La experiencia
delos últimos meses debe haber convencido a todos los buenos peruanos de la
necesidad de atender a este tipo de recomendación. Pero no es fácil aplicarla,
porque educar en valores no es sólo darlos aconocer, sino sobretodo practicarlos
en la convivencia cotidiana. En un contexto autoritario y arbitrario no es posible
enseñar valores democráticos, participación y respeto. No se aprende atrabajar
en equipo y a ser solidario en un ambiente que propicia el individualismo y la
competencia extrema. Sólo se adquiere un comportamiento ético y moral cuando
se ejercita a diario el discernimientoentre lo que esta bien y lo que está mal, se
explicitan y respetan los intereses de todos, se convive en el marco de acuerdos y
de normas compartidas y se evalúan con transparencia los conflictos ylas
transgresiones. Todo lo cual supone un cambio cultural, es decir un cambio
sustancial en la organización, el funcionamiento y la vida diaria de la escuela. En
el Perú tenemos desde hace añosexperiencias de educación democrática en
escuelas públicas y privadas, que pueden servir como base para una propuesta y
para una política nacional.
Poner al centro (educativo) en el centro (de laspolíticas educativas)
Tanto los conferencistas de hoy como los de ayer (Tedesco y Guédez) han
hablado de la necesidad de dotar de autonomía a los centros educativos junto con
responsabilizarlos porsus resultados. En el Perú la mayoría de los centros
educativos son instituciones débiles, inestables, sin poder y sin recursos,
encargados sin embargo de llevar adelante una de las tareas socialesmás
complejas y trascendentes.
La experiencia de todas las instituciones y empresas exitosas, entre ellas las
educativas, demuestra que la fortaleza institucional, la existencia de un proyecto y...
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