Biografía del Padre Roberto Cuellar

ROBERTO CUELLAR GARCÍA, S.J.
Septiembre 28 de 1896 – 1996

El Padre Cuéllar, o Don Rober como se le conocía en la Ciudad de Durango el día 28 de Septiembre de 1896. Ese mismo día fue bautizado en la parroquia del Sagrario. A los tres o cuatro años recibió el Sacramento de la Confirmación probablemente de manos del Señor Arzobispo Don Santiago de Zubiría y Manzanera, segundo Arzobispo deDurango.
Sus padres. Don Lauro Cuéllar era uno de los descendientes remotos de aquellos criollos que habitaron la ciudad de Durango ene l siglo XVII. No tenía, en contraste con ellos, ni minas de plata ni minas de oro, sino que había venido a menos en bienes de fortuna. Tan solo guardaba como un tesoro su familia, compuesta por la esposa, Doña Concepción García, y sus cinco hijos: Dolores, Abel,Enrique, Anita y Roberto. Este último era el mayor.
Frutos espirituales. Doña Concepción no era solo una madre devota, sino profundamente religiosa, que creía a puño cerrado que la única razón porque venimos a este mundo es el servicio a Dios. Así que Roberto tuvo noción de Dios, casi tan pronto como tuvo hambre. Y en su hogar, se practicaba la oración tan frecuentemente como se toman los alimentoscada día.
Difícil situación económica. La situación económica de Don Lauro Cuéllar se empeoró cada vez más, de suerte que éste hubo de buscar trabajo en los pueblos vecinos. Así fue cómo, estando la familia en Santiago Papasquiaro, Roberto hizo la primera Comunión, cumpliendo los siete años, de manos del Señor Cura de apellido Vergara. Ejercía también Roberto el oficio de acólito en los pueblosdonde pasaba, y lo desempeñaba como esmero.
En el seminario. Después de vivir años de esta forma, se vino a la Ciudad de Durango con su tío Emiliano para ingresar al seminario. El tío lo dejó al cargo del maestro de ceremonias de la catedral, Presbítero Víctor Sánchez. Un fuerte paludismo la postró en cama, y regresó de nuevo con su tío que vivía en la hacienda de Ciénega, no lejos de la Ciudad.Cuando recuperó la salud, fue conducido por el mismo Don Lauro al seminario, y lo recibió el Padre Rector Rosalío Morales. No faltaron personas caritativas que lo socorrieron en sus estudios. Su maestro era el Canónigo Francisco Vázquez, y el prefecto de disciplina, quien tenía mucho trato con los alumnos, el subdiácono José Elías Quiñones, que con el tiempo vino a ser admitido en la Compañía deJesús.
Tiempos aciagos. Pasaron los días, y la familia Cuéllar, con sus problemas económicos que nunca faltaron, se domicilio en Durango, donde más de cerca podía ayudar a Roberto. Pero al mismo tiempo llegó la Revolución de 1910 con sus trifulcas y alborotos, que arrancó la paz del seminario y dispersó a todos los alumnos y profesores. Y se vio obligado a irse a la Ciudad de México, donde eraposible continuar con parte de sus estudios.
Regreso a Durango. Siendo Teólogo regresó a Durango, cuando hubo un poco de tranquilidad a terminar sus estudios. Veintidós días duró el viaje. El tren caminaba muy despacio: rieles levantados que había que acomodar, puentes destruidos que había que reemplazar, montones de piedras en los durmientes. La marcha se hacía lenta y lentas eran las reparaciones.Roberto aprovechaba los intermedios para catequizar a los soldados, que amontonados viajaban ene l tren. Hizo pronto amistades. Lo procuraba con interés buscando en la amena conversación del curita, como lo llamaban entre ellos, un rato de solaz en los largos y aburridos reposos forzados.
Una tarde sucedió algo inesperado, que estuvo a punto de convertirse en tragedia. Habían bajado todos lospasajeros del tren, y se disponían a tomar la merienda en las inmediaciones de la vía. Roberto, descuidadamente, se internó en el bosquecillo cercano a rezar su rosario de Nuestra Señora. Los soldados se habían apostado en los alrededores con el fin de prevenir cualquier sorpresa del enemigo. Acabó Roberto su rosario, y tranquilo regresaba del bosque para subir el carro del tren, cuando oye un...