Butan


Bután: el reino de la felicidad
Fue una apuesta diferente. No sólo nos cautivó la imponente naturaleza de los Himalayas, sino también la gente y la ­ losofía de Bután. Un país que desde hace tiempo decidió que lo más importante es tratar de ser feliz. Esto fue lo que vivimos en esta nueva Expedición Capital. Por Magdalena Montero.
Kuzuzangpola. Desde lo más profundo de nuestro corazón lesdamos la bienvenida al Reino de Bután y les deseamos una estadía inolvidable”. Vestido con su Gho (traje típico del hombre butanés) y en perfecto inglés, nos recibe Kiessan, nuestro guía, en el aeropuerto de Paro. Por fin, después de extenuantes horas de viaje, la aventura comienza.
Bután fue el magnífi co destino elegido para nuestra Expedición Capital 2013. Una travesía en la que nos acompañaron19 suscriptores, 2 guías Vertical y en la que fuimos apoyados por Mountain Hardware.
Definido por la guía Lonely Planet como uno de los países más enigmáticos del mundo y el último Shangri La de nuestro planeta, Bután no es un país cualquiera. Es defi nitivamente sorprendente. Su naturaleza exuberante, los Himalayas, sus impresionantes monasterios, sus casas todas del mismo estilo, su veneraciónal divino Madmen –demostrada con el dibujo del phallus “protector” en la mayoría de los hogares butaneses– su gente vestida con su traje típico y siempre con una sonrisa en la cara, hacen de este país un lugar único y mágico.
Hay algo en la gente de Bután que hace que desde que uno aterriza sienta paz. El apuro, el estrés y los ruidos a los que estamos acostumbrados los que vivimos en la ciudad,desaparecen rápidamente. El butanés es suave, tranquilo, muy agradable y servicial. Casi todos hablan inglés y están dispuestos a conversar, entregar información y reírse. Saben mucho de su cultura y están orgullosos de su país.
La expedición
Realizar un trekking por el mítico Bután era un anhelo que el equipo de Expediciones Capital tenía desde hace algún tiempo. Pero también queríamoscomplementar el recorrido por las montañas con el conocimiento de su gente. Y logramos acometer esos dos objetivos de forma plena. Nuestro viaje mezcló el turismo por las principales ciudades de Bhután como Paro, Timphu y Valle de Punakha, con visitas a los principales fuertes y monasterios, para terminar con el esperado trekking por los Himalayas butaneses, una experiencia francamente inolvidable.Fueron 147 kilómetros caminando por el “Jhomolari Trek”, una ruta que dura diez días por bosques, ríos, nieve, alta montaña, pequeñas villas y fuertes. Uno de los treks más famosos de Bután, pero también uno de los más duros. La caminata se desarrolló entre los 2.500 y 5.000 de altitud msnm y con temperaturas que fl uctuaron entre los -7º C y 16º C.
Los expedicionarios: 10 mujeres y 11 hombres.Matrimonios, parejas, solteros, casados, separados, padre-hija, en fin, un mix diverso entre los 24 y 65 años, todos aventureros que nos atrevimos a partir en la búsqueda de un momento de reflexión, con el común denominador del amor por la naturaleza, la curiosidad y la aventura.
Nos acompañó un equipo de apoyo de lujo de 18 butaneses encargados de la cocina, la carga, el campamento y los animales,que sumaban 50 entre mulas y caballos. Su objetivo: hacer de ésta, una experiencia feliz.
 La terapia
Los días parten temprano. A las 6:00 AM nos despierta el movimiento del campamento nómade que se prepara para partir. Salir de la carpa no es fácil, hace frío, pero el amanecer es precioso y las vistas a la montaña son un aliciente para abrir el saco de dormir. Los actos de higiene son pocos engeneral, pero tuvimos la suerte de tener siempre un río cerca que, pese al frío cordillerano, nos permite lavarnos la cara, dientes y, a algunos, aventurarse en un baño por presas.
“Breakfasssst”, grita nuestro chef, mientras avanza hacia nuestra mesa al aire libre con los panqueques, tostadas, porridge, salchichas y huevos revueltos. Nuestro grupo, bien abrigado (hasta con 5 capas contamos una...