Cada vez que nos conectamos, emigramos un pcoc

Cada vez que nos “conectamos” emigramos un poco

Vivimos en un mundo marcado por las diásporas; y lo digo en plural refiriéndome a las diferentes dispersiones en que vive actualmente el ser humano:desde los desplazamientos físicos migratorios hasta el vaivén inmediato de ideologías, costumbres, creencias e identidades, que han entrado en la dinámica de la inmediatez fluctuante de la moda,llevándonos como individuos a vivir en varias realidades simultáneas y parcializadas, que a su vez se traducen en comportamientos fragmentados y en ocasiones disímbolos.

Resulta difícil encontrar algúnaspecto de la vida ciudadana que no esté teñido por este fenómeno global, que envuelve tres lugares esenciales: la concepción del individuo, la del mundo y la de la sociedad en general.

Laconcepción individual, teñida por el “ser parte de…o no serlo”, “tener o no consciencia de...”, que García Canclini formula como estar conectados o desconectados: “Para muchos millones el problema no esmantener < campos sociales alternos>, sino ser incluidos, llegar a conectarse, sin que se atropelle su diferencia ni se los condene a la desigualdad”. [1] Entonces, un factor fundamental está dado por laaccesibilidad del individuo, por un lado material y técnica, a los dispositivos de comunicación, y por otro a los conocimientos necesarios para la manipulación de éstos. Es importante anotar que elhecho de estar conectado a nivel tecnológico no resuelve por si solo las diferencias y desigualdades individuales que a fin de cuenta son la base del conglomerado social. El flujo global decomunicación ha creado vínculos entre seres humanos, ha permitido una visión más cosmopolita de la vida y a cultura, pero al mismo tiempo crea desigualdades y fragmentaciones en la violenta lucha que libran lasgrandes transnacionales en un afán de convertirnos en individuos “estándares-consumidores”.

En cuanto a la concepción del mundo, éste aparece comprimido en tiempo-espacio, como una inmediatez...