cadete
Ser dama o caballero cadete es mas que solo vestir el uniforme, encierra un mundo de experiencias propias de nuestra formación, se resumen en días vividos que jamás volverán, días que no se contaron ni se recuerdanya, días inolvidables de sueños que se volvieron realidad, días tan oscuros como la fría noche de guardia, días de mi vida que ciertamente las viví y solo hasta el día de hoy las vuelvo a vivir al relatar la breve historia de una dama o caballero cadete, desde el ceno de su casa; el glorioso Colegio Militar del Ejercito.
Recuerdo claramente el primer día que llegue al colegio militar, mesorprendió cuan grande era entonces, y aun lo sigue siendo hoy, desde mi perspectiva parecía una pequeña ciudad tan completa como cualquiera, llena de avenidas y enormes edificios que con el pasar de los días aprendí que se llaman pabellones, como olvidar cada rincón de estas viejas instalaciones donde yo deje un pedazo de mi vida, desde mi simple catre de campaña mi colchón, mis sabanas y mi almohadasiempre bien tendidas o desde la organización de ese pequeño casillero para que como si nada se acomodaran todas nuestras pertenencias, todos y cada uno de nosotros hemos demostrado que en realidad nada de lo que dejamos atrás valen la pena, la comodidad y lujos son pasajeras y superficiales.
Una vez ya de uniforme, formando en el patio de honor, sentir temor a lo nuevo era normal entrenosotros, jamás podré olvidar las vueltas a los alabarderos o al gimnasio abierto, de ves en cuando las avenidas o al colegio militar, la gran vuelta como la llamábamos, que mas que una sanción se transformo en una actividad de entrenamiento físico militar gracias al apoyo de todos nuestros camaradas, la instrucción de orden cerrado de mañanas tardes y noches, en el histórico patio de honor ,instrucción teórica por las noches, marchas y cantos, sinceramente no creo que alguien haga todo eso y aun mas y despierte al día siguiente con las mismas fuerzas y entusiasmo para comenzar un nuevo día mas. Por las noches gritar un lema desde el fondo de tu corazón, no creo que haya un universitario que antes de dormir piense o se inspire en su carrera y repita una frase de aliento por las noches, otodas las mañanas despertar al ritmo de una canción al trote, jubilosos cantando por las avenidas, tratando de no separarse de tu grupo, procurando siempre la unidad del conjunto.
Creo que somos los únicos que podemos vestir más de seis uniformes al día, como si nada y cada uno de ellos a la perfección, más de setecientos cadetes igualando hasta el mínimo detalle, observar a lo lejos en un solomovimiento el balanceo de las manos. Pienso en las muchas cosas que hacemos día a día, desde el solo hecho de despertar sabiendo que todo puede pasar, o dormir con una oración en los labios pensando en tu familia, recordar brevemente a la persona que te robo la ilusión.
Domingo a domingo la rutina del trufi para bajar de nuevo al colegio, ver por el parabrisas como la ciudad se queda...
Regístrate para leer el documento completo.