Caí en el olvido

Caí en el olvido. Oscuro, pedregoso y angosto hueco del que no se avista salida alguna. Doy por
terminado todo resquicio de existencia que creo que tengo, noqueda más alguna borrosa y
difuminada idea de un recuerdo en el que yo me hayo. Eternidad la que habito y cómodo
sosiego del que no pienso que vaya a volcarhacia la realidad.
No me cuestiono cómo he llegado a esta situación, pero sé que ha pasado. Aunque lo único a
lo que mi mente puede si quiera llegar es a lasiguiente cuestión:
-¿Vivo?
No hay nadie, por lo que tampoco hay respuesta. Queda algo. Pero no parece mucho. Ni
siquiera vale la pena mencionarlo. O talvez sí.
Lo que importa ahora es el porqué de la situación, sin embargo no es esa la pregunta deseada,
por lo que no debe existir.
Ahora, qué sentido tiene laexistencia, porqué debe tener sentido, dado, qué es el sentido. No
quiero desencaminarme, tengo algo, pero no es lo que quiero, quiero algo más pero no estáa
mi alcance.
Puedo ver, oír, sentir, palpar, incluso degustar la amarga saliva de mi boca. De lo único que
estoy seguro es que puedo mentir, a mí mismo.¿Qué hago?, empiezo a cansarme, todo esto no tiene lógica ni sentido, ni siquiera la lógica ni el
sentido son lo que son. Todo es contradictorio, a cada pasoque dio me cierro más.
Vivo. Sé que vivo, porque no puedo vivir, pero ya no quiero vivir, dado que mi única y real
pregunta está hecha, ya puedo ser olvidadopor todos y todo. Nada debe quedar de mí. Solo
dejaré la elección al Humano. He ahí mi designio. Todo lo he hecho y nada me ha hecho, ya
puedo ir.