Chistes de doble sentido
Hablemos sin rodeos. Cuando en los chistes se banalizano se ridiculizan las diversas realidades del hombre como pueden ser su componente sexual, o su realidad íntima como la de la relación sexual,estamos rebajando la dignidad misma del hombre y de la mujer. Estamos por tanto faltando a la caridad. El respeto que nos merece la dignidad delhombre viene a ser pisoteado en aras de un gusto pasajero, por lo que se degrada el concepto de hombre y de realidad sexual, además de que poco a pocotendemos a “cosificar” esas realidades humanas.
Además, bien sabemos que esas realidades suscitan en el hombre la excitación de los sentidos,llevándolo en no pocos casos a una ocasión próxima de pecado: las imaginaciones, los deseos y los recuerdos que dejan en el alma ese tipo dechistes no son una ayuda para vivir coherentemente nuestro compromiso de cristianos en el campo de la castidad, especialmente en un mundo exacerbado portodo tipo de referentes sexuales.
Habiendo tantos y tan buenos chistes es una pena que se tenga que recurrer a ellos para poner la nota cómicaen una conversación. Son señales de vacío mental, de falta de recursos o de una concepción inadecuada en la visión de la sexualidad. Rojos,verdes o a “luci rosse”, esos chistes deben ser evitados por quien se profese como buen católico y en la medida de lo posible evitar su propagación.
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