clara
tanto, desde el Alto Perú, la respuesta de Juana, su compañera de promoción. Intuye que su
puesto al frente de la precaria escuela peligra. Sin ella saberlo, ha permitido la inscripción
de más de un unitario. Algunos le han confesado su condición, como Juan José Losada.
Otros le han dichoque la vincha celeste que llevan recogiéndoles el pelo, es en honor de la
bandera. "Pero nadie viene a controlar lo que pasa en estos parajes, Juana --le ha escrito a
su amiga--. Estamos dejados de la mano de Dios. Mis chicos escriben con trozos de
ladrillos o pedazos de tripa gorda y yo utilizo las paredes como pizarra. Don Martin de
Agüero me ha prometido tizas, pero me dicen que elbarco que las trae encalló en las
proximidades de Recife."
Un zambo iza la bandera. Le dicen "Falucho", pero es en broma. Tomó parte del sitio de El
Callao, pero no logra aprender la tabla del cuatro. No ha llegado aún al país el sistema
inglés de los palotes, y los alumnos trazan una línea acá, otra allá, sin ton ni son, sin orden
ni medida. Clara es la primera en entonar "Oda a laBandera", de Balmes y Vespuci. Hija y
nieta de educadoras, recuerda las anécdotas de su abuela, Irma Dezcurra, de cuando aún la
joven nación no tenía divisa, antes de que don Manuel Belgrano la crease. Los niños --
contaba la anciana-- se reunían en los patios escolares antes de entrar a clase y no sabían
que hacer. Daban vueltas sobre sí mismos, se chocaban entre ellos o girabantontamente
como tiovivos sin acertar con una conducta. Alguno, quizás, gritaba consignas emotivas, o
repartía chanzas contra los españoles. Alguna maestra, tal vez más devota, entonaba salmos
religiosos. Hubo quien --recordaba abuela Irma-- aguardando la entrada a clase, se
empecinó en vocear los números de la lotería de cartones, el juego que tanto entusiasmaba a
Manuelita, y así nacióla "cifra", el canto que, junto a vidalas y pericones, habría de animar
numerosas y encendidas veladas patrias.
Clara come un pastelito dulce y lo acompaña con té de cardosanto. La respuesta de Juana
Azurduy tarda en llegar. Hoy Clara ha tenido que sosegar a un federal muy alcoholizado.
No la desvela tanto la indisciplina, pero se le duermen en la clase. Y a veces se pelean. Losmazorqueros sospechan que uno de los muchachos es unitario. Es un mozo joven, bien
parecido, que viene siempre de bombachas de fino fieltro y botas altas. Tiene la patilla
larga que baja y dobla luego hacia arriba, para unirse con el bigote, dibujando una "U"
provocativa. Pero los mazorqueros aún no han llegado hasta ese punto del abecedario. Solo
Isidro Gaitán, un sargento, puedememorizar las letras hasta la hache que, al ser muda, lo
desconcierta. Los demás apenas si se han familiarizado con las letras hasta la "D". Clara
duda si continuar con la enseñanza. Apenas sus chicos descubran que la "U" tiene un dibujo
similar al que se lee en las mejillas del joven unitario, pude arder Troya. Clara no quiere
tener más problemas con el gobierno. Pero habrá de tenerlos.Antes de que llegue, por fin, la carta de Juana, ya don Artemio Soto conoce la noticia de su
innovación pedagógica. Algún mazorquero la ha comentado en algún boliche. Tal vez un
tropero alcanzó a contar las desventuras de su composición-tipo cerca del oído de algún
correveidile del poder. Tras seis meses de espera, la carta de Juana llega, como una
premonición, días antes que la deDomingo Faustino Sarmiento.
A la luz vacilante del quinqué, Clara lee la esquela de su amiga. "Tené cuidado, Clara" es
todo el texto, entre sucinto y fraternal. Sin duda Juana, preocupada, consciente del tiempo
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que llevará a su carta llegar de nuevo hasta la capital, optó por escribirla lo más rápido
posible, casi con características telegráficas.
Clara bebe una...
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