Codicia

LA CODICIA ES BUENA

Por: Carlos Pérez Alvarado

Existen numerosas pruebas, objetivas y contundentes, que demuestran que en nuestro país impera uno de los modelos de economía más liberalizadosdel mundo. Esta forma de practicar tanto la macro como la micro economía supone enormes facilidades para la inversión extranjera, privatizaciones de empresas y de recursos naturales, o tratados delibre comercio (TLC) con las más grandes potencias del planeta, en el caso de las políticas a gran escala, ya sean nacionales, internacionales o transnacionales. O bien aumentando los incentivos para laformación de emprendedores, de espíritus competitivos en la base, o promoviendo el exagerado consumo y el endeudamiento de las personas.

Para quienes sostienen y validan esta forma de administrar laeconomía de un país, todas estas prácticas son presentadas como intrínsicamente “buenas” y –más aún- se fomentan. Los opositores, en cambio, lo acusan de ser un sistema que funciona con la premisa deque “la codicia es buena”, frase que hizo célebre el protagonista de la profética y adelantada película “Wall Street” de Oliver Stone (el año 87), la cual no era más que una advertencia no escuchadavenida desde Nueva York, el centro financiero de la hasta ahora nación más poderosa de la Tierra, donde la avaricia puede alcanzar niveles obscenos, como el uso indiscriminado y abusivo de la fuerzamilitar para obtener lo que desean, como el petróleo de Irak en los años recientes.

De acuerdo a esta lógica la codicia es buena porque crea ganancias, las cuales generan crecimiento, lo cualproduce fuentes de trabajo, productos y servicios. Un “buen” gobierno debe entonces sentar las condiciones óptimas para que las transnacionales prosigan con su inagotable codicia, para que, a cambio,satisfagan las necesidades (tanto reales como inventadas) de la sociedad. Lo correcto es ir en busca del mayor número de acuerdos de libre comercio por el planeta, favorecer una política exterior...