Comunicación

Una enfermedad que ataca el bolsillo

LA LUDOPATÍA: UNA ADICCIÓN NO TÓXICA

va por lo menos cinco días a la semana a algún casino, esos sitios llenos de ruidos que recuerdan a los videojuegos dela infancia. Esos sitios donde la mayoría de personas pasan horas y horas frente a una máquina esperando a que regrese por fin un poco de la inversión que han hecho.

Mientras golpea insistentementelos botones de la máquina tragamonedas con su dedo, Rocío recuerda el día en que por primera vez conoció un casino. “Un día entré por simple curiosidad, mientras hacía tiempo para llegar a una cita,y a la primera me dio 800.000 pesos. Yo no lo podía creer. Desde entonces seguí visitando estos lugares, siempre con la ilusión de volver a ganar más”.

De repente, la máquina que muestra diferentesimágenes que caen al azar, deja ver en tres de las cinco casillas unos dragones que escupen fuego. Esta es la “entrada”, un juego especial que multiplica las ganancias. se emociona y empieza agolpear la pantalla, porque según ella, así puede obtener más premios.

Ahora se encuentra absorta en su juego. Ya no presta atención a nuestra conversación. Miro alrededor, y el lugar está lleno. En cadauna de las tragamonedas hay alguna persona insistiendo, hundiendo los botones a la espera de que llegue algo de suerte.

Todo el lugar tiene un aire de elegancia, que tal vez intenta imitar a losfamosos casinos de Las Vegas. Este es uno de los mejores de la ciudad, ya que se encuentra ubicado en una buena zona y además es amplio y tiene más variedad de juegos. Muchas de las personas que seencuentran aquí parecen tener un buen nivel económico.

Varios meseros están al pendiente de qué se les puede ofrecer a los clientes. Llevan bandejas con todo tipo de bebidas para complacer los gustosde todas las personas y que se sientan como en casa. También reparten snacks, y a los mejores clientes, es decir, los que más dinero apuestan, les ofrecen bebidas alcohólicas costosas y se les...