Con una indiferencia generalizada
Unas 10.000 personas socorridas en cinco días en las costas italianas, 18.000 desde enero, másde 900 muertas desde entonces al añadir las 400 que se sospecha que se han ahogado estos tres últimos días, y nuevas víctimas previstas.
Los Gobiernos están desbordados, se generaliza lacriminalización de la inmigración clandestina; todo transcurre como si las autoridades europeas hubieran decidido dejar hacer, inspiradas por esa filosofía según la cual, después de todo, aquel que se arriesga acruzar ilegalmente la frontera merece la suerte que le espera. Existía Mare Nostrum, un programa mínimo de salvamento en el Mediterráneo iniciado y financiado por Italia; se ha abandonado porque laUnión Europea no ha querido ayudar al Gobierno italiano, que no podía asumirlo todo solo. Peor, ha sido reemplazado por una misión Tritón, que es una iniciativa europea estrictamente policial destinadaa vigilar las costas y sin ningún programa de acogida y menos aún de ayuda a los solicitantes de asilo. ¡Policial! ¡Ahí conducen las lágrimas de los dirigentes europeos!
Europa arroja cínicamente latoalla ante esta demanda que viene del hambre y la miseria. ¡Y niños, mujeres y hombres seguirán muriendo! La opinión pública europea está anestesiada por el paro, por el “sálvese quien pueda”...
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