Confesión Remonstrante

ARTÍCULO I.

Aquel dios, por un objetivo eterno, inmutable en Jesucristo su Hijo, antes de la fundación del mundo, tiene determinado, de la raza caída, pecaminosa de hombres, salvar en Cristo, paraCristo, y por Cristo, a los que, por la gracia del Espíritu Santo, creerán en este su Hijo Jesús, y perseverarán en fe y obediencia de fe, por esta gracia, hasta el fin; y, de otra parte, dejar alincorregible e incrédulo en el pecado y bajo la ira, y condenarlos como enajenados de Cristo, según la palabra del evangelio en John 3.36 “ El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsacreer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” y de acuerdo también con otros pasajes de la Escritura.

ARTÍCULO II

Agradó además a Jesucristo, el Salvador del mundo,morir por todos los hombres y por cada hombre, de modo que haya obtenido para ellos todos, por su muerte en la cruz, el rescate y el perdón de pecados: aunque nadie en realidad disfrute de este perdónde pecados excepto el creyente, según la palabra del Evangelio de John III 16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no sepierda, mas tenga vida eterna”. Y en la Primera Epístola de John II 2:' Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”.

ARTÍCULO.III.
El hombre no tiene la gracia propia, ni la energía de su libre albedrío, puesto que, en el estado de la apostasía y pecado, no puede pensar ni hacer algo por sí mismo realmente bien (como es laFe que salva sumamente); por esto es necesario que él sea renacido de Dios en Cristo, por su Espíritu Santo, y renovado en la comprensión, la inclinación, o voluntad, y todos sus poderes, para que élcorrectamente pueda entender, pensar, desear, y obrar lo bueno realmente, conforme a la Palabra de Cristo, John xv. 5: Separados de mí nada podéis hacer.

ARTÍCULO. IV.
Esta gracia de Dios es...