constitución

Introducción al Catecismo de la
Iglesia Católica1
Después de las caídas de las ideologías, el problema del hombre es el problema
moral, que hoy se pone de un modo totalmente nuevo. ¿Qué debemos hacer?; ¿cómo
debemos obrar para que la vida sea justa?
En este sentido, el Catecismo es un texto que interesa al hombre en cuanto tal,
especialmente porque no reproduce una opinión privada sino queformula la respuesta
que proviene de la gran experiencia comunitaria eclesial de todos los siglos. Sin
embargo, esta experiencia es, por su parte, deudora de un acontecimiento
cognoscitivo que va más allá de lo simplemente humano, y transmite aquello que
pudieron ver y oír personas que estuvieron en contacto con Dios.
¿Es entonces el Catecismo un libro propiamente moral? No, aún cuandoincluya la dimensión moral. El Catecismo considera al hombre, con la convicción que
el interrogante acerca del mismo no puede separarse del interrogante acerca de Dios.
No se habla correctamente del hombre si no se habla sobre Dios; pero de Dios
tampoco podemos hablar correctamente si el mismo Dios no se revela y manifiesta
quién es. Por ello, las consideraciones morales del Catecismo no debensepararse de
aquello que Dios dice sobre sí mismo y de la historia de Dios con nosotros.
Está demás decir que el Catecismo de la Iglesia Católica debe leerse como una
unidad, y sería falso analizar las páginas de moral separadas de su contexto, es decir,
de la profesión de fe, de la doctrina acerca de los sacramentos y de la oración. De
hecho, la afirmación central del Catecismo acerca del hombredice que ha sido creado
a imagen de Dios y a su semejanza. Todo lo que se pueda decir acerca de la conducta
recta del hombre, parte desde esta perspectiva central. Sobre ella se sostienen los
derechos humanos, que son propios de la persona humana desde la concepción hasta
el último instante de su vida. Sobre la semejanza con Dios se funda, entonces, la
dignidad de la persona humana, quepermanece intangible en todo hombre justamente
porque es hombre. Finalmente, está allí incluida también la unidad e igualdad de los
seres humanos: todos los hombres son criaturas del mismo y único Dios. Por ello,
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Card. JOSEPH RATZINGER, Introduzione, en AA.VV., Il Catechismo del Vaticano II.

Introduzione al Catechismo della Chiesa Cattolica, Cinisello Bálsamo 1993, Edizioni Paoline pp5-13.2

todos poseen igual dignidad, están recíprocamente unidos por un vínculo fraterno, son
responsables unos de los otros y están llamados a amar al prójimo, sea quien fuere.
Las preguntas sobre el hombre y sobre Dios, en la visión del Catecismo, están
inseparablemente articuladas. Todo lo que se dice acerca de la conducta moral sólo
puede ser dicho – por ello – a partir de la mirada sobreDios, es decir, de quien se
manifestó en Jesucristo.
Así resulta claro que la moral no es un conjunto de prohibiciones o un elenco
de pecados. Es la moral que trata de responder a una pregunta: ¿cómo puedo hacer
más justa la existencia humana?; ¿cómo puedo plenificar mi existencia? El Catecismo
se pronuncia claramente por la concepción moral de san Agustín, que es muy simple
en suimpostación fundamental. En su vida, tan llena de dificultades, el obispo africano
se volvía a encontrar siempre con el mismo interrogante: ¿cómo puedo ser feliz? Es
nuestra pregunta, porque constituye el interrogante de toda la naturaleza humana. El
Catecismo nos indica que la felicidad sólo la podemos alcanzar con los otros, en la
responsabilidad por toda la humanidad. Sin embargo, la comunión de loshombres
entre sí y la responsabilidad de los unos por los otros sólo puede darse en la comunión
con él y en la responsabilidad ante él. La enseñanza moral sobre la felicidad está
dirigida a responder sobre lo que ella es y cómo se la encuentra; pero no de una
felicidad egoísta – que sólo es aparente – sino de la verdadera. Por otra parte, la
respuesta que da el Catecismo a partir de la...