Contratacion psicologica

Si entendemos el contrato psicológico como un acuerdo tácito entre un individuo y una organización empresarial integrado por un amplio conjunto de privilegios, derechos y obligaciones no escritossino consagrados por el uso y la costumbre, se hace difícil creer que alguien sea capaz de respetarlo en una sociedad postindustrial en la que incluso los aspectos más privados de las personas estánregulados legalmente para evitar traiciones, deslealtades y otros despropósitos. El creciente número de personas en el mundo desarrollado que deciden firmar un acuerdo prematrimonial o de sucesión debienes, por poner solamente dos ejemplos, no hace más que demostrar que quizá no corren buenos tiempos para el contrato psicológico.
Es cierto que a simple vista parece que el individualismo exacerbadode las personas, entendidas como empleados, y el capitalismo feroz que empuja a las empresas a actuar movidas únicamente por la búsqueda del máximo beneficio económico pueden acabar con cualquiervestigio de la honorabilidad, la  confianza mutua y el respeto que caracterizan el contrato psicológico. Sin embargo, la experiencia demuestra que esto no es así, puesto que la esfera laboral continua adía de hoy poniendo en práctica este tipo de contrato, paralelamente al contrato formal o legal que recoge los aspectos puramente económicos y mercantiles.
Entonces, ¿cuál es el papel real del contratopsicológico en una sociedad globalizada, individualista y ultra industrializada, absolutamente regida por el dinero? En este contexto, es evidente que el contrato psicológico es más necesario quenunca, porque más allá de los beneficios implícitos que supone para ambas partes (seguridad y garantías de desarrollo pleno para el empleado; implicación y lealtad para la empresa), aporta el nivel mínimode sensatez, sensibilidad, humanidad y sentido común que nuestra sociedad necesita, hoy más que nunca.
Está sobradamente demostrado que el contrato legal no es suficiente para asegurar un...