cosas y mas cosas

Llegó el verano, el calor abrasador, las vacaciones, más calor abrasador, el tiempo libre (ja) y las tormentas imprevistas y for teh lulz.

Podría hacer el típico post de batallitasveraniegas, pero vamos, puesto a escribir cosas que no le importan a nadie que menos que hacerlo de algo que no vaya a contar a la gente cuando la vea o por msn. Al menos que sea una batallitaque no piense contar en persona, por variar y eso.

Haré una excepción para dejar caer lo despoblado que anda el Guild últimamente, vergüenza debería daros no amortizar los juegos quecompráis, sabedlo gentes del hinternete con cuenta de Guild Wars.

El tema que nos ocupa es el regalito que me han hecho este año mis padres para compensar de alguna manera el llevarme arastras lejos de la civilización, y de paso para usarlo en la facultad cuando acabe el verano. El año pasado fue un portátil, del que se agradecía la pantalla de 17 pulgadas a la hora jugaraquí en la montaña, o de ver series tranquilamente… y no se agradecía tanto cuando la fila de atrás se dedicaba a mirar que hacías (al ser bastante más interesante que según que clases) o ala hora de cargar con él, porque pesa un ratín. Allá por fallas en un recorrido mascletà-bar cascó un enganche de la bandolera de la que colgaba el maletín con el portátil, sin daños, loapañé con un nudo; algo antes de acabar el curso reventó el otro bajando las escaleras del metro y en esta ocasión si que hubo daños, aunque sigue funcionando tuve que montar algunas piezas enplan rompecabezas, y se ha quedado como un poco doblado por todos lados.

Se entiende que guiándose por la sabiduría que da la experiencia, esta vez me han pillado un cacharro menospesado y más manejable, con el que de paso pueda aguantar unas cuantas horas sin necesidad de toma eléctrica (¡YAY!), un netbook la mar de majo.
Con todos ustedes, el Packard Bell Dot.