Critica literaria el llano en llamas
Rulfo volvió a San Gabriel y también fue a Apulco, donde leía hasta el amanecer. Esperanza Paz viuda de Severiano Pérez -hermano mayor del escritor- recuerda que estuvo unos nuevemeses y, “se la pasaba en la noche escribiendo, leyendo, fumando y tomando su taza de café”. Además de literatura, Rulfo lee historia y toma fotografías. “Juan -recuerda su hermana Eva- constantemente tomaba muchas fotos desde que salió del seminario. Sacó premios en la revista Jueves de Excélsior y en El Informador.” “Tenía -evoca el escritor- una camarita Agfa de cajoncito. Me costó once pesos desegunda mano. El revelado y las impresiones me las hacían en los laboratorios Julio, en Guadalajara. Estaban frente al cine”. También practica el alpinismo, incluso gana la carrera anual de ascenso al cerro situado a espaldas del Santuario de San Gabriel, señala Juan Antonio Ascencio, biógrafo del escritor.2
Rulfo -cuyo nombre consignado en el acta de nacimiento es Juan Nepomuceno Carlos PérezVizcaíno-3 a los 17 años ha definido su vocación literaria. En 1933 realiza su primer viaje a la ciudad de México, y vuelve entre el verano y otoño de 1935. Persuadido por su tío, el coronel David Pérez Rulfo, ingresa al colegio militar. El compositor Blas Galindo (1910-1993), nacido en San Gabriel, recuerda “Una vez, ya de joven, regresó vestido de militar; traía su espadín y todo eso...”.4 Pocassemanas después deserta. La presencia indeleble de la violencia de la guerra cristera, pero sobre todo del asesinato de su padre a manos de un peón, fueron motivos que lo alejaron de la milicia. En diciembre de ese año el subsecretario de Guerra y Marina, general Manuel Ávila Camacho, recomienda al joven Pérez Vizcaíno con el jefe de Migración de Gobernación: al mes siguiente, el futuro escritorrecibe su primer nombramiento en esta Secretaría, como “Oficial Quinto”. Al mismo tiempo intenta estudiar leyes en San Ildefonso. No lo consigue. Tampoco puede ingresar como alumno a Filosofía y Letras de la UNAM, que está en Mascarones. Asiste como oyente a ambas carreras. Sus certificados académicos son insuficientes y no son reconocidos los estudios del seminario. Son tiempos de grandesproyectos para el joven jalisciense, aunque nos los comparte con nadie; la timidez, la reserva y la pesadumbre siempre le siguieron.
Entre 1936 y 1946 Rulfo laboró en la Secretaría de Gobernación, en medio de muchos cambios de adscripción y no pocos viajes; ahí conoce a Efrén Hernández (1904-1958) que se convertirá en mentor, amigo y único lector de sus borradores. En este lapso se gesta toda su obra yempieza a publicarla en América y Pan. La austeridad y una salud frágil signaron estos primeros años de Rulfo en Gobernación en cuyas oficinas empezó a escribir -entre 1936 y 1937- “El hijo del desaliento”, esa novela fallida de la cual sólo quedó el fragmento “Un pedazo de noche”.5
La revista Pan de Guadalajara -hecha por Juan José Arreola y Antonio Alatorre- en sus ocho meses de existencia le...
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