Cuando las fuentes nos engañan: fogages, vecindarios y demografía (ss. xiv-xviii)

CUANDO LAS FUENTES NOS ENGAÑAN: FOGAGES, VECINDARIOS Y DEMOGRAFÍA (SS. XIV-XVIII)
por José Antonio Salas Auséns.
Son múltiples y de carácter muy variado las fuentes para conocer los efectivos humanos y su evolución en el tiempo. Unas indirectas, otras más precisas, nos dan datos sobre su presencia, nos hablan de su actividad y movimientos, en ocasiones ofrecen estimaciones sobre su número. Elempeño del historiador consiste en aprovechar todos aquellos elementos que ayuden a despejar las incógnitas del pasado y lo hace independientemente de la época en la que centra sus búsquedas. Es ese empeño lo que ha llevado a intentar progresos en el conocimiento de la evolución del número de pobladores sobre la tierra en cualquier época del pasado, incluidas las más remotas: losprehistoriadores a partir de indicios indirectos que van desde el clima y sus variaciones hasta el progreso y expansión de la cultura material, los historiadores de la Antigüedad o de la Alta Edad Media con los restos arqueológicos o aprovechando los más leves indicios en los textos escritos. Pero en general estos mimbres no permiten ir mucho más allá de constatar la presencia humana, hipotetizar en torno a susdesplazamientos o evolución numérica ascendente o descendente, pero en ningún caso cuantificar con precisión. De hecho, se observan grandes disparidades en las propuestas hechas por distintos autores sobre el volumen de la población del mundo antiguo, yendo por ejemplo en el caso del imperio romano en la época de Augusto desde los 3,5 millones de
Habrá que esperar a la existencia de fuentesespecíficamente demográficas, es decir aquéllas que tienen como objetivo preciso cuantificar la población, para poder conocer con precisión la demografía de una localidad, región o país y eso en el caso hispano no se producirá hasta la elaboración de censos de población, con carácter decenal, a partir de 1857, con los precedentes ilustrados de 1767, 1787 y 1797 –censos de Aranda, Floridablanca yGodoy-.
Para el periodo intermedio, Baja Edad Media y Edad Moderna, aparte de noticias indirectas, los historiadores comenzamos a disponer de unas fuentes que, con distintas denominaciones –fogajes, vecindarios, monedajes, libros de pecha, repartimientos, padrones hita, etc.-tienen como denominador común el de ofrecer volúmenes de población. Pero, y este es otro rasgo también común, la intención delas instituciones que ordenaron su elaboración en ningún caso fue la de conocer el número de pobladores. Por lo general, su finalidad era fiscal y el objetivo disponer de un instrumento para saber el número de personas que debían satisfacerlo. La tarea que queda a los historiadores es, como en todos casos, la de valorar la fiabilidad de la fuente y, a continuación, traducir las unidades fiscalesen población total, aplicando un determinado coeficiente multiplicador.
Lo que en principio se presenta como una tarea sencilla, no está exento de problemas, en ocasiones de difícil cuando no imposible solución. Reflexionar sobre ello y mostrar empíricamente las dificultades que entraña calcular el tamaño de la población y su evolución en el pasado medieval y moderno a partir de documentos deestas características es el principal objetivo del presente trabajo que en esta ocasión voy a circunscribir al ámbito aragonés1.
Han sido relativamente numerosas las investigaciones en las que se ofrecen estimaciones sobre la población del antiguo reino aragonés basadas en vecindarios. En el marco de la Edad Media, y atendiendo sólo a estudios que tienen como marco el conjunto del territorio puedenmencionarse entre los más recientes los de J. A. Sesma y J. Abella sobre “La población del reino de Aragón según el fogaje de 1405”, de María Isabel Falcón sobre el fogaje de 1489, de Antonio Serrano Montalvo La población de Aragón según el fogaje de 1495, o mío sobre "La población aragonesa a comienzos del siglo XVI”2. Para la Edad Moderna, aparte de los trabajos de Ángel San Vicente, sobre las...