Cuento

Era de tarde, su mirada estaba perdida en el horizonte, el cielo pintaba de hermosos colores, rosa, naranja y amarillo y si ponías atención, lograbas ver el azul del mar, el sol estaba en el puntoen el que parece que se hunde en el mar, las horas pasan para que la gran estrella regrese a su hogar, el mar y el sol se unían como una madre se une a su hijo cuando este regresa de la escuelacorriendo a los brazos seguros y cálidos de su madre. Con la cara hacia el atardecer, podía sentir el sabor a sal que viajaba en el aire de la costa, sus negros y largos cabellos danzaban al son del vientoy su vestido rojo se mecía al mismo compás creando una danza perfecta y coordinada. Era tan bella, su piel era blanca y suave como la arena en la que se encontraba parada aquella tarde, su rostrotenia el aspecto de un bello día soleado después de una gran tormenta, su boca era roja como el carmín y hacia mucho que no se le veía sonreír, cuando lo hacía resaltaba el lunar que tenia justo alado desus labios, el lunar que enamoró a su amado, su nariz no podía haber sido mas perfecta, y esos ojos...quedabas imnotisado al ver esas verdes esmeraldas enmarcadas en docenas de largas pestañas que esatarde, estaban húmedas por sus lagrimas, por su mejilla corrían gotas llenas de dolor, de angustia y de tristeza, pero no siempre fue así.
Meses atrás Anya y su familia habían llegado al puerto deWismar, un pueblo bastante pintoresco, las mujeres ricas portaban vestidos largos y esponjosos que hacían que sus...atributos resaltaran, eran de muchos colores y diseños, al parecer aquella quetrajera el vestido mas esponjado ganaría un premio, las damas de estas mujeres ricas vestían mas sencillo, sus vestidos eran viejos y descoloridos y siempre seguían a su ama para estar ahí en el momento enel que se les ocurriera algún capricho. Los caballeros portaban elegantes trajes, algunos llenos de medallas y otros no, unos eran negros, otros azules, grises, de rayas, a cuadros, en fin, Anya...