cuento
Desesperado por la austera vida que habíacomenzado a llevar, pensó en algunas propuestas que había recibido como invertir su dinero en una fábrica, en un restaurante…pero todas estas ideas no le convencían pues era tal su ambición de multiplicarsu dinero a costa de todo.
Y siendo esta idea la única que le prometía multiplicar su capital accedió a ella. Mientras iba a recoger su dinero que tenía guardado en el armario de su casa, ibapensando en dicho negocio y en las ganancias que le habían prometido. Diciéndose a sí mismo que con el primer cheque que reciba se compraría un coche nuevo, luego otra casa, más tarde crearía su propiaempresa…
Al llegar a casa se lo comentó a su mujer, al escuchar que dos hombres le encontraron en la calle y le había propuesto una idea tentadora; comenzó a desconfiar de aquellos hombres, por lo que ledijo a su esposo:
¿Estás seguro de lo que quieres hacer? Todo el barrio sabe la situación en la que nos encontramos y seguramente alguien quiere aprovecharse de eso.- dijo sensatamente la mujer.Pero, ¿no te das cuenta de los beneficios que podemos sacar?- le contestó su esposo.
¿Por qué no aceptas la idea que me dijo mi amiga de ayudarla en el restaurante? Son pocas ganancias, pero nos seránde gran ayuda.
No, o acaso prefieres vivir el día a día y no tener ningún capricho como en los viejos tiempos.-Le dijo su esposo, recogiendo el poco dinero que les quedaba.
La mujer tenía elpresentimiento de que algo malo le iba a suceder, pero, parecía que el marido seguiría adelante llevado por su ambición y no la escucharía. Por lo que le dejó ir, se despidieron con un abrazo y se fue....
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