Cuento

La Princesa y el poeta

Erase una vez en un lejano reino un amistoso pero ingenuo rey que tenia grandes riquezas, y una hija muy hermosa de nombre Cristina, la mas hermosa de todo el reino, ella era la envidia de muchas mujeres, y era pretendida por todos los hombres solteros del reino, desde cortesanos, hasta soldados, desde comerciantes hasta agricultores, y médicos, todos tenían sus ojospuestos en esta hermosa joven, que lamentablemente pareciera que su vida seria tan corta como un soplo, pues había caído victima de una extraña enfermedad, cuya cura no había sido encontrada, todos en la corte real se lamentaban por su mal, pues no solo era el hecho de ser una mujer muy bella, sino que era muy alegre y siempre tenia palabras dulces para todos, sin mencionar que era el único consueloque le quedaba al rey tras la muerte de su difunta esposa, pareciera ser que la única persona que actuaba de alguna manera mas indiferente era la nana de la princesa, que había sido contratada por el Rey desde hacia varios años y que ahora se dedicaba a cuidar de ella en su lecho.

Sucedió que un día, el Rey publico un anuncio a todo el reino, que su hija pudiera estar cerca de la muerte, y queseria capaz de ofrecer la mano de su hija en matrimonio, a aquel hombre que pudiera encontrar la cura para su enfermedad, y liberarla de este mal que la atormentaba y estaba por reclamar su vida. No faltaron las multitudes de muchachos, que se ofrecieron a buscar brebajes, medicinas, y demás cosas para intentar sanar a la princesa, pero todos sus intentos se hacían inútiles, nadie podíaencontrarle una cura a su enfermedad, ni aun los hombres de ciencia y doctores mas famosos del reino podían hacerlo.

Uno de los pretendientes de la princesa era un humilde poeta, muy querido por toda la gente que le conocía, admirado por sus amigos por todos los poemas que el magistralmente componía, pero al enterarse del mal de la princesa, se puso muy triste, al saber el peligro que corría aquellamuchacha que el había amado en secreto desde la infancia, en realidad ella era la fuente de sus inspiraciones para escribir sus poemas con los que deleitaba a los que le oían, ahora se estremecía de tristeza, pues si la perdía, sus musas se irían con ella, además del deseo de vivir, tras caminar por toda la ciudad buscando entre las farmacias, y saber que no había nada que se pudiera hacer, sedesplomo bajo un árbol a llorar amargamente.

Un monje que caminaba aquella tarde recitando sus oraciones lo vio a lo lejos y se dirijo rápidamente hacia el, y le hablo:
-disculpa buen hombre, mientras daba mi caminata vespertina no pude evitar verte a lo lejos, dime cual es tu problema quizás este viejo monje hermano tuyo pueda tener algún consejo valioso que darte
el joven poeta conto al ancianomonje su pena, y este compadecido lo escuchaba asintiendo con la cabeza, cuando hubo terminado el viejo monje guardo un momento silencio, mientras frotaba sus largas barbas blancas que rebelaban fruto de sus experiencias y su largo camino por la vida,le pidió amablemente lo acompañara a su celda que se encontraba aproximadamente a 4 kilómetros de aquel lugar.

Una vez ahí dentro el anciano buscodentro de una vieja caja de madera, que parecía tener algunos objetos de valor
de esta caja saco una medalla antigua, algo opaca por el paso de tiempo, con una pequeña imagen de un ángel que sostenía en una mano un bastón y en la otra un gran pez
el viejo monje le dio la instrucción de que lavara la imagen en un pequeño arrollo que corría por ahí

Una vez limpia la imagen de la medalla lacolgara en su cuello y esta emitiría un brillo particular cuando estuviera cerca del lugar donde hallaría algo
- como se ah donde me debo dirigir venerable anciano?
Sigue tu corazón pequeño hermano, no te aborazes que este es el principio de tu recorrido, solo camina a donde tu corazón te dicte y haz tus oraciones
el joven siguio su camino sin rumbo tras haber lavado aquella vieja medalla que...