CUENTO
Cual fue su sorpresa cuando al ponerse unas orejas de cartón marrón y enormes enla cabeza, pincharse un rabo largo con una chincheta en la espalda, e imitar el sonido de los monos, ningún niño de los pocos que había, se rió.
Sonri pensó: – “Tendré que cambiar deestrategia, ahora me convertiré en pingüino”. – Y así lo hizo
Con la improvisación del pingüino obtuvo el mismo resultado que con el mono, así que Sonri se vino abajo, y sintió que tenía un auténticoproblema. Se echó a llorar con la cara entre las manos, y de repente:
– “¡Ja, ja, ja, ja!”.
Los niños estaban riéndose porque un payaso estaba llorando, ¡inaudito!.
La función acababa de empezary la lluvia había cesado, y Sonri vio como de pronto empezaron a llegar niños de la calle, que comentaban que al oír la risa tan contagiosa de los que estaban dentro, pensaron que no se lopodían perder, ¡por mucho que lloviera!.
Así fue como el circo se llenó de niños y de risas, y Sonri el payaso, se dio cuenta de que los niños son tan agradecidos, que para que él no llorase, ellosse reían más que nunca.
Nunca jamás Sonri el payaso se vio en apuros, y siempre tuvo éxito en todas sus funciones, ya que expresaba sus propias emociones, sin improvisar ninguna.
FIN
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