Cuentos

LA LOCURA ERA SU DESTINO Por Clara Inés Arce

La luna hizo su aparición con mayor fuerza en aquella polvorienta calle donde vivía Luisa con sus dos pequeños hijos. Era la hora en que Luisa se armaba de coraje para dejarlos en la compañía del ángel de la guarda. Era la hora que más odiaba porque le recordaba que las humillaciones estaban por llegar.
La casa deadobe y esterilla sin repello pero adornada con los papeles decorados que recogía de las basuras que los ricos tiraban porque la moda ya había pasado para ellos. Para Luisa eran un tesoro porque le ambientaban su pequeño hogar. Habían levantado esta casa cuando llegó hace diez años con su marido de las tierras lejanas del Urabá desplazados por la violencia, el hambre, la desesperación. Y laciudad sólo les pudo ofrecer lo mismo con una dosis mayor: no conocían a nadie y el trabajo era bien escaso.
Un día en el que recorrían las calles de aquella ciudad alegre, bulliciosa, habitada por personas contradictorias en sus sentimientos porque a veces eran indolentes, otras lloraban con el dolor ajeno, conocieron a otras familias que al igual venían de diferentes regiones por las mismasrazones. Dormían en los parques o debajo de los puentes, a orillas de la carrilera que espera de nuevo al tren, o en los quicios de las iglesias. Y así durante varios días sobrevivieron con las maletas rodantes, las ollas ardían en improvisados fogones con desperdicios que a veces conseguían.
La fortuna llegó a estas familias cuando Juan, candidato a una de las corporaciones, les ofreciólotes en un terreno en las afueras de la ciudad. Ellos debían llegar al sitio hacía las once de la noche y levantar las casas con los materiales que lograran encontrar. A cambio debían inscribir sus cédulas, convencer a los habitantes de los barrios cercanos que él era la única opción para que las cosas mejoraran en esos sectores. Los hombres soltaron los azadones de la labranza por palas yaprendieron a la fuerza el oficio de la construcción. Dejaron de ser campesinos para volverse invasores y obreros de profesión. Los que sobresalieron encontraron pronto un trabajo y en los días libres trabajaban para el barrio.
El barrio La Esperanza se inició de esta forma y con los días sus pocos habitantes empezaron a sembrar árboles de diversas especies, la construcción de las casas en ladrillode adobe y esterilla pero el trazado de las calles, las redes para el agua, el alcantarillado, las redes para la energía y el pavimentar las calles no se lograron. Hoy sus calles aunque polvorientas reverdecen con los árboles, el agua es llevada en un carrotanque y almacenada en canecas de plástico, proliferan los pozos sépticos, la energía resulta fácil robarla o sustituirla con gas, keroseneo velas.
Luisa todas las mañanas despedía a su marido con (Dios le bendiga, mijo! Y mientras él trabajaba en la construcción de un moderno edificio ella se dedicaba a los quehaceres domésticos y a la espera de su segundo hijo. Al mediodía caminaba largas cuadras para abordar un bus, cargaba con la niña y el almuerzo para su marido. Durante largos meses se repitió esta escena. A la tarde, élllegaba a continuar con el trabajo y poca atención le dedicaba a Luisa y a su hija. Ella empezó a sentirse extraña en esa ciudad, añoraba las tardes en el campo donde los tres compartían juegos, merienda y oficios domésticos. Anhelaba las caricias, los besos que le recorrían su cuerpo al llegar la noche cuando ya la pequeña dormitaba. Tenía sed de amor, ganas de compañía. Se complacía con losrecuerdos, y visualizaba esas pretéritas imágenes. Lo excusó diciéndose que tal vez era por su embarazo. Nació el niño pero las cosas se agravaron. Ya eran 4 bocas y el dinero sólo alcanzaba para la comida. La construcción se detuvo y por supuesto las noches o madrugadas amorosas no volvieron. Vendrán tiempos mejores, pensaba y la vida debe continuar.
El moderno edificio en el que él...