Cuentos

El ajusticiamiento del gobernador
Jillaku Wasu moraba en el pueblo de Pampatuki. Durante su niñez le llamaron Jilla y de grande, Jillaku. El apelativo parecía provenir del xauxa, Qilla. Concordabacon su modo de ser, le caía como anillo al dedo.
Cuando el aguardiente de Chanchamayo procesaba su estado de ánimo, Jillaku se ponía recio, valiente y fuerte con todos; cuando no, era guapo, solo conlos indefensos y débiles.
Siempreviva, su humilde mujer; era muy trabajadora y callada. Procedía de una familia modesta de Huancavelica. Jillaku, machito y valiente, abusaba de ella, abrumándola conprepotencia, cada vez.
Sorpresa causo en mucha gente cuando Jillaku, a sus treinta noviembres, resulto ser designado gobernador del pueblo de Pampatuki; habiendo allí ciudadanos con mejores cartas.Para su suerte, estos por motivos laborales se hallaban ausentes.
El cargo de gobernador le cayo muy grande, como zapatón para sus pies. Desconocía la función. También ignoraba que los cargos seasumían para servir al pueblo. Como muchos políticos de pacotilla, solo se servia del cargo. Las personas que apoyaron su designación, pronto le habían quitado su confianza.
En su casa, se había tornadosumamente irascible. Un día salio muy de madrugada y volvió a las dos de la tarde, borracho y vociferando:
- ¡Siempreviva! ¡Mujer de mierda…! ¡Sírveme el almuerzo, carajo!
Al escucharle suspequeños hijos, temblando de miedo, se escondieron debajo de la cada; desde allí, asustados, seguían el desenlace.
- ¡Mujer de m…! ¡te he dicho que me sirvas mi almuerzo!
- Ahorita, Jillakucha,¡stuy prindindu la tullpa! Para calintarlu – contesto Siempreviva.
Tan luego calento, inmediatamente sirvio la sopa de moron con cuerto de chancho, su batea de papas huayru y habas sancochadas, diciendo:- Sísvati ustí dun Jillaku.
Luego de revolotear y ventilar la sopa con la cuchara dijo:
- ¡Cuchijarán nomas! ¿Dónde está la carne carajo? ¿Soló esto voy a comer?
- Un tinimus carni, ustí...