De día...

No dejaba de llorar en su habitación recordando lo sucedido ese día, día maldito, maldito día, en que el reencuentro de dos almas sucitadas y perdidasen el tiempo volvían a llenarle el corazón de sueños y esperanzas. Miraba la ventana, lloraba. Llovia, era de noche, temprana noche naciente y sin laprimera estrella brillante en el horizonte, aún no. Algo le animó a salir y asomarse a esa ventana colorida de espasmos y anhelos, lo hizo lentamentecomo quien no quiere porque sabe que podría arrepentirse de lo que pudiera encontrar, pero que también sabe que si no lo hace se vera arrepentido por nohaberlo hecho. Lo hizo, apuntó su mirada al infinito, al cielo oscuro, tupido, negro y grisaceo. La luna se dejaba ver rodeada de una nubosidad espesay viscosa, luna plateada amarillenta, a su lado una estrella, la primera, la única que era capaz de ver en días como estos. Esa estrella a la que lehablaba y le daba indicios de que como en otras oportunidades al tener sensaciones como en las de este día, algo productivo sucedería, si no al final deeste, tal véz si al comienzo del siguiente. El viento soplo fuerte contra la ventana, sus cabellos volaron hasta descubrir su rostro empapado yhúmedo, la sonrisa quebrada era iluminada por el diminuto rayo de esa nebulosa luna. Aparentó seguir con su vida, como si nada hubiese sucecido, como si esedía el corazón no se le hubiese detenido por isntantes y su memoria se viera devuelta en tantos años de experiencias indiviuales y compartidas...