Defensa del lenguaje

DEFENSA DEL LENGUAJE

¿Por qué he escogido este tema? Si nos atenemos a esa propensión, tan frecuente hoy día, de considerar la especialización en una rama de estudios como requisito indispensablepara poder hablar de cosa alguna, yo no debía hablar de lenguaje. No soy filólogo ni lingüista. Nunca he mirado el idioma desde el lado científico. Pero tres motivos coincidentes me llevaron a escogereste tema. Uno, la emoción sentida después de varios años de residencia en el país de habla inglesa, al encontrarme en un aire, digámoslo así, en un aire lingüístico español. Cuando se siente unorodeado de su mismo aire lingüístico, de nuestra misma manera de hablar, ocurre en nuestro cambio de animo análogo al de la respiración pulmonar; tomamos de la atmosfera algo impalpable, invisible queadentramos en nuestro ser, que nos entre en nuestra persona y cumple en ella una función vivificadora, que nos ayuda a seguir viviendo. Si he vuelto a respirar español en las calles de san Juan, en lospueblos y a ninguno en particular, gratitud a los que les dieron mi idioma al nacer yo, a los que siguen hablándolo a mi lado.
El segundo motivo no nace cómo el anterior de la intimidad de mi ser:procede de la observación, repetida en estos últimos años innúmeras veces de un fenómeno que ser represente universal dentro de los pueblos cultos, y es la intensificación de la atención concedida a lareflexión sobre la lengua. No ya en el aspecto científico, no; no aludo a los progresos de la filología y la lingüística, que han hecho objeto principal de su vida el estudio el idioma; me refiero alcreciente movimiento de la atención del pueblo medio, en general del hombre no especializado hacia el idioma. Excelente síntoma de nuestros días. Al hombre le preocupa su lengua. ¿Porque será? ¿Porpura curiosidad intelectual, por urgencia desinteresada de su mente? No lo creo. Le preocupa por una motivación vital, porque se ha dado cuenta del poder fabuloso, y en cierto modo misterioso,...