Deporte e identidad

Suheill M. Urdaz Montano
Reseña: “Deporte e Identidad”
Profa. Ma. Barceló Miller
Cada vez más,el deporte puertorriqueño ha tomado relevancia y protagonismo en la historia y la cultura de nuestro país. Desde los últimos años del dominio español éste ha ido calando a través de diferentes disciplinas e instalándose enla cotidianidad de los isleños. “Deporte e identidad” de Felix R. Huertasrecoge, no solo algunas crónicas deportivas de las muchas que abundan en nuestros archivos, sino que propone y destaca la labor del deporte como ente unificador entre los puertorriqueños. Precisamente ésta es la tesis del autor, que sustenta de manera cabal con artículos y libros que aunque en su mayoría retratan el movimiento deportivo en otros países, sirven de modelo para probar también larealidad de la isla respecto al mismo tema.
Para hacer un análisis responsable necesitamos contextualizar al autor y ponerlo en perspectiva. Felix Rey Huertas es profesor de historia en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Dicta conferencias y clases sobre construcción de imaginarios colectivos y relaciones deportivas internacionales. También cabe señalar que actualmente investigasobre la importancia de la participación femenina en el deporte puertorriqueño. Gracias a esto podemos esperar mucho más que fechas y hechos importantes para el deporte y figuras elite dentro del mismo. Deseamos un análisis concienzudo del tema, que explore y sustente su postura, y así queda expuesto. Es justamente éste uno de losplanteamientos que nos hace el autor. La escasez de análisiscrítico, historiográfico e investigativo hecho con rigor y responsabilidad limitan los textos que discutan y develen al deporte más allá de mera estadística. Huertas brinda en su libro un enfoque que si bien no es nuevo, tampoco es altamente explorado más allá de columnas dominicales redactadas por periodistas deportivos: el deporte como “parte activa de la manifestación cultural de un pueblo”. A pesarde que en innumerables ocasiones el deporte ha “apoyado la construcción de una nación” más allá de líneas y discursos partidistas, la poca proliferación de hipótesis basada en la metodología e investigación, como lo describe Huertas, nos deja con algunas ideas vagas sobre la aportación del deporte al concepto de identidad y nación.
El autor divide su libro en cinco capítulos que periodizan eldeporte hasta 1950. Los mismos recogen los inicios, remontándose al dominio español sobre la isla hasta llegar a formar parte de competencias internacionales como los II Juegos Centroamericanos y del Caribe, y la participación en las Olimpiadas de Londres en 1948, en la que Puerto Rico obtuvo su primera medalla olímpica (bronce) en boxeo y el puesto número 37 entre 60 países que competían en esaocasión. En medio de toda una polémica por la representación isleña sobretodo en los Olímpicos, Puerto Rico desfiló con el escudo otorgado por España con el nombre de la isla, ya que la bandera era utilizada como insignia por el ala nacionalista en sus manifestaciones. Además de tener que remediar el asunto de la representación por la falta de los “símbolos patrios”,el autor nos da parte delconflicto surgido entre el gobernador de la isla por esos años, Jesús T. Piñero, la opinión pública y la prensa. Aquí se devela el problema político colonial de la isla con los Estados Unidos, que con el paso de los años hemos “resuelto”. Podía Puerto Rico representarse a sí mismo siendo una colonia de Estados Unidos, cuando ni si quiera tenía potestad de elegir su propio gobernador? Es sobre esteparticular que Huertas entonces expone su tesis de que el deporte “apoya la construcción de una nación, tal como ha sido imaginada” y se apodera del planteamiento de Edward W. Said que expone que “la cultura se ha adelantado a la política, a la historia militar ó a los problemas económicos”.
Probablemente sea tarea difícil definir a Puerto Rico políticamente. Más de uno podría confundirse a la hora...