derecho civil

CASO PRÁCTICO

El niño Pablo M.R., de diez años de edad, se bañaba en la piscina municipal. Al notar un bañista que algo raro le ocurría al niño, lo sacó de la piscina y comenzó a practicarle larespiración boca a boca. Al no dar resultado la respiración artificial y no existir en la piscina los adecuados servicios médicos ni personal cualificado, ya que el vigilante de los bañistas, de 17años de edad, ni tenía título de socorrista, ni experiencia en tales menesteres, tras inyectarle la farmacéutica del pueblo una inyección de adrenalina, decidieron trasladar al niño al pueblo, siendoatendido por el médico sustituto del titular, quien al no disponer de oxígeno, aconsejó que lo trasladaran a la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social, donde falleció en la madrugada del díasiguiente a consecuencia de asfixia por inmersión en medio líquido. El Ayuntamiento, al obtener la pertinente autorización para apertura al público de la piscina para la temporada de verano de 1987 seobligó a atenerse al cumplimiento más estricto de cuantas disposiciones vigentes regulan esta clase de actividades, entre las que se encuentran las que obligan a que estos establecimientos tengannecesariamente una enfermería, establecida en lugar independiente y adecuado y que cuente como mínimo con los siguientes elementos: una mesa basculante, dispositivos para la respiración artificial conmascarilla y recipiente de oxígeno, instrumental y botiquín de urgencia, y además se exige que la piscinas públicas cuenten indispensablemente con socorristas que sean expertos nadadores, adiestrados enel salvamento de náufragos y conocedores de la práctica de los ejercicios de respiración artificial en casos de asfixia por inmersión. En la piscina municipal sólo existía, según consta en elinforme emitido por el Ayuntamiento, un botiquín de urgencia; el vigilante de la piscina, de diecisiete años de edad, carecía de título que le capacitara como socorrista. La piscina había sido cedida en...