Dia Del Maestro

No viene al caso que hoy escriba estando acá adentro y sin saber en qué manos caerá esta carta, lo que yo hacía afuera y lo que vivía con mi familia. Pero mis recuerdos más frecuentes giran en tornoa la escuela, con todo lo que yo odiaba a esas viejas que me decían: “Vos tenés que estudiar para no ser un delincuente como tu hermano” o “Y claro… qué podés esperar de éste…”, algo de razón tenían…Pero entre esas viejas que se hartaban de darnos recreos y recreaciones porque con nosotros no se podía estaba la “ticher”… Un mundo nuevo se abría cuando llegaba. Aunque decía que NO a cualquiercosa que no fuera trabajar o jugar para aprender, siempre lo decía con una sonrisa, aunque nadie sabía que estaba diciendo todos entendíamos, aunque pocos sabíamos leer y escribir bien ella lograba quehabláramos en inglés, resultaba divertido y saliera como saliera siempre nos alentaba y hasta que no lo hacíamos bien no paraba, no importaba cuántas clases o cuántas interrupciones le costara. “Note gastes, si apenas hablan castellano…” Pero la ”ticher” aprovechaba hasta el último minuto, hasta el último pedacito de tiza en el piso; llevaba láminas, útiles, libros, diccionarios, hasta su propiograbador de escuela en el escuela. Todos teníamos material, todos teníamos nombres, todos recibíamos un beso cuando llegaba a la escuela: desde el más cheto en esa escuela del barrio municipal hastael más piojoso…
Repetí dos veces y sirvió para que terminara porque ya era un grandulón y no sabían qué hacer conmigo; como daban becas me mandaron al Polimodal. Entré a la tarde con otros como yoy ahí volvió a aparecer la “ticher”. Cuando me vió a mí y a otros que conocía se sonrío y dijo algo en inglés que sonó lindo, como a bienvenida (fue una de las pocas o la única que se alegró devernos). Nombró a los que conocía y ese día se fue sabiendo el nombre de todos, anotó de qué escuela venía cada uno y se llevó las hojas de todos; siempre se llevaba todas las hojas, no sé cómo hacía...