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ESTUDIOS

LA «NUEVA CIENCIA POLÍTICA»
DE TOCQUEVILLE
Por WILHELM HENNIS

Quisiera comenzar defendiendo una tesis. La tesis de que Alexis de
Tocqueville es el último pensador político del Occidente cristiano en un
sentido estricto. Con ello me remito a la famosa afirmación de Hannah
Arendt, según la cual la tradición occidental del pensamiento político tiene
un comienzo claramente determinable:«Comienza con las doctrinas de
Platón y Aristóteles. Y creo —sigue diciendo Hannah Arendt— que tiene
un final también definitivo con las teorías de Karl Marx» (1). En mi opinión esta afirmación es correcta. Pero en Tocqueville (1805-1859), un contemporáneo de Marx, trece años mayor que él, encontramos de nuevo un
pensador que parte del supuesto audaz de que todo depende del Estado y
de la política;lo que, en otros términos, quiere decir que la ciencia más
importante es la política, como han sostenido todos aquellos pensadores
a los que cabe llamar pensadores políticos, en sentido estricto (2).
¿Es Tocqueville un científico político? En mi opinión este problema,
que puede parecer extraordinariamente superficial y pedante, abre un camino nuevo para una comprensión más exacta de Tocqueville,así como
para una reconcienciación de las cuestiones básicas de la disciplina (3).
(1)

HANNAH ARENDT: Fragwürdige Traditionsbestande im politischen Denken der

Gegemvart, Francfort, 1957, pág. 9.
(2) ARISTÓTELES: Et. Nic, 1094 a (la política como la ciencia más importante).
HOBBES: De Cive, Prefacio («seguramente, la más valiosa»). ROUSSEAU: Confessions,
9.° libro (todo depende del arte delestadista). Lo que FRIEDRICH H. TENBRUCK ha pergeñado como «La historia de la fe de la modernidad» (Zeitschrift f. Politik, Nueva Serie, 23, 1-15) podría diferenciarse en la historia de las distintas ciencias, en las cuales
ha puesto sus esperanzas la época contemporánea, desde la economía política hasta la
ecología.
(3) Sobre la gran cantidad de facetas que presenta la investigación moderna sobreRevista de Estudios Políticos (Nueva Época)
Núm. 22, Julio-Agosto 1981

WILHELM HENNIS

Tocqueville no es un científico; aunque hubiera querido serlo no lo fue;
su intención era muy distinta a la de un científico político; su obra pertenece más bien al campo de la historia de la retórica política. Todas éstas
son conclusiones a las que han llegado los mejores conocedores de Tocqueville, que por otrolado son también grandes admiradores del pensador
francés.
Pero frente a estas conclusiones encontramos una frase decisiva de Tocqueville. En la introducción a la primera parte de la Democracia en América, escribe Tocqueville: «Una época completamente nueva precisa de una
ciencia política nueva» («II faut une science politique nouvelle a un monde
tout nouveau») (4). Esta frase, situada en un pasajedecisivo de una introducción también decisiva (5), no puede entenderse sino como una referencia al orgullo de este autor tan orgulloso. ¿Acaso no deberemos considerar
la Democracia en América y, además, toda la obra de Tocqueville como la
respuesta que dio el autor a este reto que él mismo se había lanzado? Tal
es la cuestión que pretendo resolver ahora.
Para poder hacerlo tenemos que habérnoslaspreviamente con tres conclusiones casi dogmáticas de la investigación especializada en Tocqueville,
que impiden una comprensión exacta de su «nueva ciencia política» si es que
ésta existe. La primera es la opinión de que en la base de la obra de Tocqueville no hay en absoluto una intencionalidad científica. A mi entender,
tratar de presentar a Tocqueville solamente como un pensador liberal de
granaltura obstaculiza la comprensión de su verdadera intención y, con
ello, de su importancia en la historia. La segunda opinión está estrechamente relacionada con la primera. Quien solamente ve en Tocqueville al pensador liberal en la época de la democracia triunfante, tendrá una propensión a considerarlo como el gran continuador de Montesquieu. Tocqueville,
como continuador de Montesquieu,...