Diario 5

Diario 5
María de Castro era famosa en la capital, Lima, del Virreinato del Perú por su belleza,
pero había mucho más a ella de lo que parece a simple vista. Ella tuvo una historia
impresionante. En1730, a la edad de cuarenta años, María de Castro fue detenida por la
Inquisición con cargos de ser un “hereje, judía judaizante, mujer de malas artes e impenitente
relapsa” (269).
Tuve la oportunidady privilegio de visitar la cárcel secreta donde ella estaba secuestrada
para hablar con ella sobre sus experiencias. Ella habló honestamente de su batalla internal con
su fidelidad al judaísmo en unmundo gobernado por cristianos. Antes de su excarcelación, había
practicado las ceremonias y ritos con familiares, había respetado a la Ley de Moisés todos los
días, y había ayunado para declarar sucarácter judía. Pero en las manos de los inquisidores,
sujeto de excesos de crueldad, ella confesó in caput proprium de sus “errores.” Dijo que la
verdad era que solo admitió tales cosas para evitarlas torturas terribles como las vueltas del
cordel en el potro, y con esperanza, para reducir la inhabilitación de la familia. La inhumanidad
de la Inquisición parecería tan injusto en cualquierinstancia, pero es especialmente flagrante hoy
en día cuando disfrutamos el privilegio de libertad religiosa, y existe una separación tan distinta
de la iglesia y el estado.
Entristecimos oír que no hacemucho tiempo después de esta entrevista que los
inquisidores se lavaron las manos relajándola a María de Castro al brazo seglar para llevar a cabo
la sentencia capital. María de Castro mostró fuerzaincredible durante su tiempo en la cárcel, y a
pesar de las adversidades, ella no la perdió. Los inquisidores la llamaron una “impenitente
pertinaz” a causa de su carácter tenaz y terca, y ella murió asíen el tablado del teatro del auto de
fe. Ella estuvo en el tablado valiente y apareció desconcertada a su destino. Arregló su cabello y

VanderWilde 2
puso el cordel alrededor de su cuello al...