Diez

A donde vayas
Daniel Solís Santos

Morir no es una decisión que podemos tomar nosotros
Hagamos consciencia de ello
y disfrutemos lo que la vida quiere entregarnos…

Introducción

Morir era lo peor que podía imaginar Julieta, la muerte para ella era desaparecer por siempre, no ser ni siquiera una sombra, era doloroso no ser ni eso queriendo estar presente, no podía estar al lado de Jim,no podía abrazar a su madre, besarla y agradecerle lo que por ella hizo, no podía ir al muelle a buscar noticias de su padre.
Solo podía regresar una vez por año, el mejor día del año desde que murió. Las fechas que se festejaban en la tierra, que alguna vez fueron para ella las mas importantes, se habían ido, extrañar todo fue posible, ella seguía aferrada a la tierra, pero no, era el fantasmaque una vez dijo: “A donde vayas”

La vida de Julieta al lado de su madre le dio felicidad, y aunque su padre se hubiera marchado, había una esperanza siempre de que regresara a su lado.
Las tres personas más importantes en la tierra eran su madre y Jim, en quienes dejó recuerdos que nunca serían borrados, a pesar de que estaba lejos de todo.

Ella tiene una promesa, quiere cumplirla, pero esapromesa se encuentra en la tierra, así que hará lo posible por regresar. Nada es un obstáculo para Julieta, nunca falló ninguna promesa y ahora tenía que cumplirla. En el fondo ella sabe que no es por la promesa, es porque lo que más desea ella es estar en la tierra.
Y tiene dos opciones, cumplir la promesa, o ser feliz.

Imaginar que mueres, una completa tontería según Julieta
— Pero algúndía morirás
— Estaré siempre contigo

Nunca es tarde para pensar en que la siguiente persona que se va del mundo eres tú, todo lo que hay en la tierra, se termina, no hay eternidad en ese lugar.

¿Qué harías si eso pasara?
Mejor aún, ¿Qué harías si recibes una carta de la que depende por completo tu felicidad?

Vida

Se acercaba la hora de regresar, nada la haría quedarse, cumpliría supromesa hasta el fin de los tiempos.

Julieta miró el reloj, agachó la mirada, y limpió una lágrima de su bello rostro, estaba postrada sobre el árbol de los recuerdos, un árbol frondoso que yacía en el centro del reino de la eternidad, justo donde se situaban las almas en pena.

Imaginaba el día de su concepción, en realidad amaba a su madre, Anné. Ella siempre estuvo a su lado cuidando dequien tratara de hacerle daño, creó una mujer amable, una verdadera dama.
Julieta era una mujer hermosa, sus castaños cabellos caían por detrás de ese rostro con forma delgada y piel clara, sus ojos eran azules, tan azules como el agua que guardaban los lindos mares de la costa, sus labios siempre mostraban una hermosa sonrisa, no había mujer más hermosa en el pueblo. Aunque su belleza tuvo queterminar, en la tierra solo existía el recuerdo de lo que fue y lo que pudo hacer.

Corrió en su mente la voz de su padre al gritarle a su madre que se iba de la casa, era solo una niña, aunque lo amara tanto, se había marchado, nunca volvió a saber de él.
Con lágrimas en los ojos y una ligera voz su madre le repetía:
—“no estás sola, te encuentras conmigo”.
Pasaban los días y solo la miraballorar, el dolor que sentía su corazón no podía sanar, parecía que estaba muriendo de amor, lo necesitaba, quería su presencia con ella y con la niña. Lo que la mantenía con vida era Julieta, el fruto de su amor con Ron, tenía un inexplicable amor por ella. Aunque no entendía como su esposo pudo dejarla, le juró mil veces que la amaba tanto.

Ron estaba enfermo, tenía una letal enfermedad y losdoctores no tenían la cura, iba a morirse sin piedad alguna. Por eso decidió marcharse, prefirió dejar a Anné, antes que preocuparla y que estuviera cargando con el sufrimiento de su enfermedad, es cierto que las dos opciones eran malas, pero siempre quiso morir lejos, no quería darle a su familia dolor, solo quería partir y descansar en paz cuando esa hora llegara.

Julieta se sentaba cada día...