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Siempre me sorprendió la frase egoístamente amorosa y teatralmente perfecta .
A veces me digo a mi misma, que no es la angustia y elplacer de descubrir el amor lo que me satisface, lo que redondea mi espíritu, lo que hace florecer mi carne, sino ese periodo doloroso del desamor, sea de mí hacia la otra persona o cosa, o viceversa.La tristura de conocer y no reconocer que uno se ha equivocado.El amor compartido apenas precisa de explicaciones, de demostraciones, es un hermoso paseo en compañía, en lo duro y en lo maduro, sóloque el amor no llega como las ollas a presión (aunque tiene muchas similitudes) con una válvula de seguridad, o con un semáforo que nos advierta del peligro y de los tiempos ni fú ni fa. Compararlo conuna planta es también peligroso, porque por mucho amor que pongas en su cuidado no siempre puedes defenderla del atorrante calor veraniego o de la helada invernal, e incluso soñar que una vez queflorezca, la flor no será efímera...Yo amo el amor y el desamor aunque me duela. El desamor es, sin quizá, el motor de parte de existencia, lo que me hace reactivarme, trabajar a fondo, buscar nuevasposibilidades de relación... pero esto tardé tiempo en comprenderlo. Hubo un tiempo en que simplemente me metía en mi fanal de incomprensión y con las lágrimas y la soledad me hacia todas esas preguntassin hallar respuestas. Hasta que un día descubrí que simplemente mi humanidad había encontrado algo, alguien, pero que ese algo o alguien sólo había visto, encontrado en mi, un punto de referenciaantes de seguir su camino.Existe un libro de Linda no se qué, llamado Las mujeres que aman demasiado. Es muy interesante leerlo. Viene a decir que el enamorarse es una enfermedad del alma, porque de...
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