Dossier sobre Literatura Infantil en la Escuela


Literatura y didáctica

A lo largo de toda la escolaridad primaria, son no pocas veces en las que el niño participa de las llamadas prácticas de lectura. La hora del cuento, el café literario, los Talleres de lectura, son solo algunos ejemplos de estas intervenciones que planifican los docentes de todas las escuelas para traer al aula el acto de leer. Pero, ¿Qué entendemos cuando nos referimosal concepto de lectura? ¿Qué papel juega el estudiante en esas prácticas que diagramamos y desarrollamos en el aula? ¿Qué lugar ocupa la literatura en nuestra tarea diaria: protagónico o secundarizado?
En este dossier, pretendemos dedicar un tiempo para reflexionar en esas prácticas tan cotidianas, y conceptualizar acerca del papel que tiene el niño en cuanto a la lectura, repensandosimultáneamente nuestros conceptos en torno a la literatura y su enseñanza.
Recuperando algunos aportes teóricos, entonces, esperamos que este dossier sea el puntapié que movilice a una reflexión más profunda sobre este tema para construir nuevos sentidos que sigan aportando a este debate tan actual y tan necesario.

¿Promoción o formación de lectores?
Vanesa Córdoba

La presencia de la literatura en laescuela ha sido siempre tema de controversia y discusión. En función de cómo ha sido concebida a lo largo de nuestra historia, se han pensado en consecuencia, prácticas muy disímiles y diversas1. Por ello, considero necesario detenerse a repensar algunos conceptos centrales en torno a la enseñanza de la literatura en la escolaridad primaria. Parto entonces, de la idea de que la escuela debe focalizartodo su esfuerzo en formar lectores, no solo para el ámbito escolarizado, sino también para la vida.
En ocasiones suelen implementarse los tan mentados Proyectos de “Promoción” de la Lectura. En los mismos, se plantean actividades tendientes a estrechar los vínculos entre el lector y el texto literario. Pero ¿Cuál es el fin principal de estas propuestas? Leer una cantidad determinada de libros enun lapso de un año, por ejemplo, no aporta esfuerzos sustanciales para que el niño pueda apropiarse2 de esa multiplicidad de sentidos que una obra literaria puede aportarle. No hay desde este punto de vista, una real habilitación para esa tan particular experiencia que implica activar los mecanismos inferenciales necesarios que permiten realizar ese complejo acto cognitivo y emocional que se da demanera tan personal. ¿Qué lectura estamos entonces “promoviendo”?
Entonces, parece propicio volver a preguntarse acerca de lo que entendemos cuando nos referimos al término leer. Desde el punto de vista que intento aquí desarrollar no abogo por ese proceso lector que se circunscribe a una mera decodificación de las palabras, en la que el niño intenta “extraer” ese sentido que el texto le cede,lectura que en palabras de E. Duboise se denominaría como un conjunto de habilidades y técnicas. Muy por el contrario, considero que para que la escuela pueda sustentar verdaderas prácticas de lectura y desarrollar genuinos aportes para la formación del lector, necesita firmemente generar esas condiciones simbólicas que le permitan al niño volver continuamente a resignificar la cultura de la que esacreedor. Y para ello, propiciar una multiplicidad de oportunidades de encuentro con literatura de calidad, esa que combina bellamente las palabras y las imágenes, se vuelve una necesidad imperiosa si el propósito que nos orienta consiste en que el estudiante halle en la lectura una forma de apropiarse de otras formas de pensar y sentir heterogéneas3, abrir su mente a otros tiempos y espaciosposibles, reconocer los recursos literarios que nos han sido legados a través del paso de las generaciones4.

Esto no implica, por otro lado, relegar esas prácticas de lectura placentera que suelen realizarse. Si bien éstas tienen el beneficio extra de otorgar un tiempo importante a ese “leer en tiempo libre” sumado a la oportunidad de encontrarse con otros tipos de textos literarios en los que el...