Ecologia Y Biblia

CRISTIANOS, USTEDES TIENEN UN DEBER CON EL PLANETA
ENSAYO

HUMBERTO ARISTIZABAL SANCHEZ

FUNDACION UNIVERSITARIA CATOLICA DEL NORTE
ESPAÑOL
SANTA ROSA DE OSOS – ANTIOQUIA
2008

CRISTIANISMO Y ECOLOGIA

Los medios de comunicación nos transmiten cada día la triste situación en que se encuentra el planeta. Una catástrofe ecológica como a la que asistimos hoy, hace unos años era cuestiónde cálculos, hoy es una realidad, las previsiones se han cumplido. Las acusaciones se dirigen a todos lados, incluidos, además de los industriales y el capitalismo salvaje, los sistemas de pensamiento, que es donde al fin y al cabo tienen origen las acciones. Dentro de estos sistemas de pensamiento caben las grandes religiones, unas salen bien libradas en su relación con la naturaleza porque en elfondo no plantean relación sino absorción de todo en el cosmos, y otras –como el cristianismo- se catalogan, sin decirlo explícitamente, como conspiradoras contra el ecosistema del planeta. La acusación solapada – por ejemplo en los movimientos indigenistas anti-eclesiales- que declara al cristianismo como enemigo de la tierra, se ha convertido en reclamo de reflexión al interior delcristianismo, que se ha visto obligado a exponer para el gran público su relación con el hábitat.

Cuando el cristianismo explicita su relación con el entorno, lo que queda claro es que la tradición judeo-cristiana, en sus raíces más puras, propende por una integración respetuosa del hombre con su entorno. La Biblia no contempla el mundo como una entidad autónoma, sino que lo contempla, siempre, conrespecto a su Hacedor. El mundo, y toda la sabiduría que se pueda recabar de su contemplación, pertenecen al Creador. Lo que los autores sagrados de las Escrituras Judías experimentan en el mundo (manifestaciones, secretos, contradicciones) no es distinto de su experiencia de Dios. Su percepción del mundo es inseparable de la experiencia de Dios; tal como lo aprendimos de niños en los hogarescristianos, cuando se nos repetía que “Dios está en todas partes”. La unión intrínseca de estos dos elementos (mundo y Dios) en la cosmovisión judeo-cristiana, ha sido expresada –de modo particular- en la obra de K. Rahner, tal como nos lo presenta W. Dych (1984 citado en Murphy 1996: 120):

El Dios experimentado en este “misticismo de las cosas de la vida diaria” no es la esenciadestilada de las cosas, no es la más alta abstracción sobre el mundo, pero es la experiencia de la vida Divina en el corazón del mundo, en la carne, en el tiempo y en la historia. Quizás el más grande dualismo que Karl Rahner venció es aquel entre Dios y el mundo. Para él ellos nunca son idénticos, pero tampoco están separados, es decir Dios y el mundo son conocidos y experimentados juntos.Presencia ante sí mismo, presencia ante el mundo, y presencia ante Dios son todos aspectos de una misma y única experiencia, la experiencia de la presencia real de Dios en el mundo, que Él creo para ser su símbolo real.

La primera acusación que podría dirigírsele a la Iglesia, sería que llegó a tarde a la cita para hablar del medio ambiente, de hecho en los manuales de perfección cristiana deantes de los 80, no existe un apartado dedicado al cuidado de la naturaleza. Sin embargo no hay que olvidar, como lo reseña, Nicolás M. Sosa (1992), que el primer encuentro internacional sobre ecología tuvo lugar hace apenas 34 años, en la Haya (septiembre de 1974). Es decir la reflexión sobre la ecología, al menos de modo sistemático, es el resultado de sentirnos bajo la amenaza de ladesconfiguración del planeta.

Tomar un pasaje aislado de la Biblia para juzgar al judeo-cristianismo como enemigo de la vida[1], constituye una tergiversación de la realidad, y lo mismo ocurre en sentido contrario: no basta citar uno u otro texto aislado de las Sagradas Escrituras Cristianas, para decir que en esta creencia se ha defendido siempre la naturaleza, hay que considerar siempre el conjunto de...