EDITORIAL

Después de terminada la segunda guerra mundial los Japoneses comenzaron a activar sus industrias y algunos decidieron incluso INVERTIR en el extranjero, el Sr. Hirao fue uno de ellos y da lacasualidad que en un viaje posiblemente a México se encontró con Don Andrés Molins Empresario Textil Salvadoreño, iniciaron una gran amistad que los llevó a establecer en El Salvador la Industria Textil másgrande y con la mejor tecnología de su tiempo, habiéndose desarrollado gracias al trabajo, el impulso y la visión de estos grandes hombres que contribuyeron a generar EMPLEO en un país prácticamentedependiente de las divisas provenientes de las exportaciones de CAFÉ.
Después de los estudios de los especialistas japoneses y salvadoreños, la situación geográfica, el desarrollo hidroeléctrico, laapertura de la carretera al Aeropuerto Internacional de Ilopango, la propiedad situada a 16 km de la Capital, la explotación del agua en el subsuelo y lo principal la producción de ALGODON con laCooperativa Salvadoreña con una exportación a Japón y otros países del mundo por las características de la fibra, longitud, diámetro y finura, resistencia, color etc.; la otra gran determinante era laMano de Obra Salvadoreña de mayor productividad en Centro América y con gran interés por aprender, personas humildes acostumbradas al trabajo en el campo y las actividades del hogar con grandes deseosde superación y necesidades económicos en un país súper poblado en el cual se comenzaba a elaborar el CODIGO DE TRABAJO y el Gobierno queriendo atraer inversionistas y dando ciertas ventajas para sermás competitivas.
Fueron todos estos factores los que contribuyeron a lograr desarrollar en El Salvador Industrias Unidas, S.A. que en sus mejores momentos dando empleo a más o menos 2300 personasdirectas y miles más en empleos indirectos.
Aparecieron 4 expertas instructoras japonesas para CAPACITAR al personal y más o menos 35 técnicos que se esmerarían en aprender español para capacitar a...